Oaxaca, México.- Ellos llevan seis meses buscando a sus hijos, son 43 familias, esposas, padres, hermanos, además de compañeros, 43 madres desgarradas porque nadie les dice, Dónde están... Y aquel que con desfachatez se ha atrevido a hacerlo, les dijo tajantemente que estaban levantados, quemados, desaparecidos, muertos, haciendo toda una producción digna de Televisa, mostrando a los supuestos asesinos como actores de quinta haciendo el papel de ejecutores de la "muerte" de aquellos 43 muchachos.
Esos 43 jóvenes que llenos de vida e ilusiones no buscaban otra cosa mas que ir a la Ciudad de México y exigir justicia por una de las históricas heridas de este país la marcha del 68.
He imaginado la vida sin mi hijo de casi 20 años, he cerrado los ojos y solo dilucidado que por sus ideales, por su forma de ver la vida,y hacerlo saber, de pronto es desaparecido, y entonces me he visto pidiendo ayuda a mis iguales, a la sociedad en general, y enfatizo mi petición a aquellos que tanto se quejan de marchas, plantones y gritos de padres desesperados, esos que se espantan en voz baja de como esta la delincuencia, porque no lo gritan, lo dicen quedito en las oficinas gubernamentales, en las reuniones familiares, en sus reuniones de café, y amparados en su falta de empatía y por la necesidad de no querer ver la realidad exclaman. "Yo qué culpa tengo de que se los hayan llevado, y si lo hicieron fue por revoltosos, quienes nos dedicamos a hacer nuestro trabajo estamos bien, por qué nos afectan a nosotros y nos impiden transitar con libertad, que vayan a casa del presidente" infinidad de excusas que no les permiten sentir el dolor que es perder a un hijo.
En nuestra actual situación social ya no podemos quedarnos al margen, si a ese joven de casi veinte años me lo arrebataran por protestar y decir lo que no le gusta, sepa usted que me volvería asesina.
Y entonces esa gente insensible de la que escribía sería la primera que me diría, "cómo, no te puedes volver igual que ellos". Y entonces con una voz cortada por el dolor, por sentir mis entrañas arrancadas les contestaría.
Sabe lo qué es que un día una voz angustiada de alguien te llame y le diga. " se los llevaron" , "estaban pidiendo cooperación para la marcha del
2 de octubre y se lo llevaron" ¿sabe lo qué es marcarle a su celular que con mucho esfuerzo le dio solo para estar comunicado con él, y que no le contesté? ¿lo qué es sentir que en un segundo le arranquen la vida, esa vida que le llevó nueve meses procesar, esa vida que latía, comía, y vivía, porque tú estabas viva?
No, lamentablemente la capacidad de sentir dolor ajeno en esta sociedad se ha perdido y por un segundo no puede o no quiere ponerse en sus zapatos, en su dolor, en su angustia, solo piensa que sus hijos, sus hijas están bien, y se dice a sus adentros para justificar su falta de solidaridad. "Él, ella no están de revoltosos, mi hijo va a la escuela a estudiar no a hacer la revolución, además acude a una buena escuela donde le enseñan valores, él no se junta con esa gente que le gusta buscar problemas, por eso me sacrificó para que ella o él padezcan nada o mucho menos alguien me diga que se lo han llevado".
Pero le hago saber que su visión de las cosas no es real, su hijo, hija, hermana, sobrina, pueden ser desaparecidos en cualquier momento, ¿por qué?, por el simple hecho de que viven en un país falto de sensibilidad, con gobernantes que solo viven de las arcas públicas, de gobernantes que su vida, la mía, la de los pobres o los no tan pobres le importan un carajo, gobernantes que no le importa si usted o su vecina perdieron a quien ama.
Su hijo o su hija, su hermana o hermano, padre o madre, tío, sobrino, pareja o amigo, pueden ser desaparecidos en cualquier momento, es por eso que hoy le invito, primero a que haga este ejercicio que le acabo de contar, imagine y entonces una su tiempo, su voz, deje su auto (seguro) y camine junto a estos padres, madres, que hoy están buscándolos, hasta encontrarles, que hoy usted entienda que no es una frase, que es una petición, no a los gobernantes psicóticos, faltos de verdad que nos gobiernan, es una petición de justicia y solidaridad a usted.
Ellos llevan seis meses gritando y ya no podemos seguir siendo sordos a esto, no podemos mantenernos inertes a este quebranto que no solo es de ellos, es de todos, es de usted, mío, porque los 43 son nuestros muchachos.
No se quede en el enojo contra quienes protestan o cierran la calle, el ataque de este gobierno es contra usted, contra mi, contra el pobre, aquel que se atreva a decir las cosas como son, y hasta aquel que solo este caminando por la calle incorrecta.
La lucha es por ellas, ellos, nuestros hijos, aquellas flores que vimos crecer, florecer, hoy la batalla es por quien decide vivir en este país, lleno de injusticia, Y decide gritar ya basta. La lucha es porque nuestros hijos no sean desaparecidos y nos regresen a los miles de desaparecidos.
Dejemos de ser insensibles, y salgamos, denunciemos, gritemos, porque si no se ha dado cuenta. Nos están matando y como reces nos tienen formados con la cabeza agachada. Si no hacemos nada por unirnos seremos el siguiente padre exigiendo justicia y entonces entenderá que nada lo detendrá, y lo buscará hasta encontrarlo. Piénselo.