Guadalajara, Jal.- Un día de noviembre, Perla Suez conducía su auto por una avenida cuando sonó su celular. En una situación normal, la escritora argentina no hubiera atendido la llamada. Sin embargo, tuvo una corazonada. “Le llamamos de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Sólo queremos decirle que está entre las tres finalistas del Premio Sor Juana. En caso de ganar, ¿estaría dispuesta a viajar a Guadalajara?”. Perla no lo dudó y dijo que sí. Quedaron en llamarle en 30 minutos. Y así fue. Ella seguía en el tráfico. Le llamaron para decirle que había ganado. “En ese momento tenía toda la emoción, escalofríos, conmoción. Había un hombre insultándome en la ventanilla y me dijo las peores palabras. Cuando terminó, le dije: ‘Usted tiene toda la razón, pero a usted no le dieron el Sor Juana Inés de la Cruz’”. [caption id="attachment_303797" align="alignright" width="300"] Entrega del premio Sor Juana Inés de la Cruz, con Martha Cerdá, Antonio Ortuño, Tonatiuh Bravo Padilla, Perla Suez, Raúl Padilla López y Eduardo A. Parra (de izq. a der.) En la Feria Internacional del Libro de Guadalajara©FIL/Pedro Andrés[/caption] Tal y como lo había dicho, Perla Suez viajó hasta Guadalajara para recibir el premio, que le fue concedido por su novela El país del Diablo. El acta del jurado, leída por Antonio Ortuño, en representación de Martha Cerda y Eduardo Antonio Parra, asentó que la novela “presenta un universo poco transitado en la narrativa de su país, realiza una recuperación de la memoria que redunda en un acto de justicia a partir de la construcción de un estilo narrativo construido con sutileza, alusión y síntesis”. Por su parte, al hablar del libro, Eduardo Antonio Parra dijo que este presenta una “historia de agresión y venganza que nos va conquistando con un lenguaje personalísimo, parco, sintético, cercano a la poesía y, al mismo tiempo, veloz. Presenta escenas de una realidad contundente y brutal que ocurrió en Argentina y en todo el continente americano”, para luego cerrar con una advertencia a los lectores, a quienes puso sobre aviso: “Al abrir sus páginas encontrarán un relato realista y fantástico, violento y entrañable, ligero y profundo, con personajes memorables. Perla Suez se pone a la altura de los prosistas más grandes de la lengua española, y eso no es poca cosa”. Luego de recibir el diploma y el cheque por diez mil dólares que contempla el Premio, Perla Suez agradeció a la FIL por el reconocimiento. Señaló que a la literatura nunca le ha interesado contar tiempos esplendorosos, sino aquellos que han sido difíciles y contradictorios. Explicó que la historia contada en El país del Diablo ocurre en la Patagonia, territorio donde habitaban los indios araucanos que fueron perseguidos y exterminados por el general Roca, presidente de Argentina a finales del siglo XIX y principios del XX. Dijo que era descendiente de migrantes, que llegaron a una nación que les abrió las puertas pero que, al mismo tiempo, “estaba ocurriendo una masacre: la llamada Campaña del Desierto. Argentina sería más rico de lo que ya es si en lugar de exterminar otras culturas hubiéramos decidido convivir con ellas”. Perla Suez explicó que en su obra la dimensión de la memoria aparece como una necesidad de encontrar sus raíces y las de su país, como una manera de cuestionarse sobre su identidad. “La ficción puede contar la historia que nunca se contó, excavar la tierra hasta encontrar los huesos”, y remató diciendo que en el país sudamericano “seguimos buscando a nuestros desaparecidos y en el trabajo con las palabras recuperamos esa memoria. Hace falta contar otra historia para recuperar todo lo que nos han tapado”.