Oaxaca.- En la segunda presentación de la serie Las músicas de los pueblos del mundo, el Atrio del Centro Cultural San Pablo fue testigo del diálogo musical que el balafón de Lassana Diabate, de la región mandé de Mali, África, estableció con los sonidos de México, como lo fueron el bajo quinto y el chivófono.
Rubén Luengas y Pablo Márquez, miembros de Pasatono Orquesta, acompañaron a Lassana en el concierto que incluyó piezas del repertorio tradicional de los djelis mandé —basadas en la historia del Imperio mandé (1235-1469)—, composiciones populares del siglo XX y obras de su autoría, así como una canción y una chilena de la Mixteca de Oaxaca.
De acuerdo con Sergio Navarrete Pellicer, profesor investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social Oaxaca (CIESAS), la finalidad del concierto fue “conocer el ensamble de dos tradiciones, con estructuras de chilena indígena de Oaxaca y la música mandé, mostrando el diálogo musical que establecen”.
Previo al concierto, la doctora Lucy Durán de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Londres, ofreció una conferencia en la que, con apoyo de un documental, abordó el importante papel del balafón dentro de la larga historia del pueblo mandé, además de mostrar el trabajo que ha realizado con Lassana Diabate para rescatar el uso de este instrumento, a través del proyecto Growing into Music en Mali.
Lassana Diabate —guineano y residente de Mali, donde vive con su familia—, es un griot (djeli), un músico hereditario del pueblo mandé que se ha dedicado a la tradición oral de la región, así como a crear repertorio y desarrollar las posibilidades del balafón. Es un maestro y virtuoso de este instrumento, que aprendió a tocar desde los cinco años y es considerado uno de los mejores músicos del continente africano.
Los griots (djeli) son considerados en África la sangre de la sociedad. Djeli es el nombre con el que se autodenominan los guardianes de la historia y la genealogía del pueblo mandé. En lengua mandé, djeli significa ‘sangre’. Ser griot se hereda de padres a hijos, por lo que sólo ciertas familias, históricamente, han tenido ese rol social. Como nos cuenta Lassana Diabate, “uno nace griot. Cualquier persona puede ser un artista, pero no cualquiera puede ser un griot. Uno nace griot, no se vuelve griot, así naces”.
El balafón fue el primer instrumento del Imperio Mandé, utilizado en las manifestaciones sociales como las bodas u otros eventos de los reyes. Puede considerarse el ancestro de la marimba mexicana, sin embargo, la marimba diatónica de Guatemala es la que tiene mayor similitud con este instrumento africano, debido a que su caja de resonancia también es con bules, a diferencia de la tradicional que son cuadradas.
Las músicas de los pueblos del mundo surgió en conjunto con el CIESAS, la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO) y Rubén Luengas, director de Pasatono Orquesta, con la idea de difundir las diferentes tradiciones musicales que existen.
En esta ocasión, la música de la región mandé de Mali llegó a Oaxaca como resultado del vínculo que la serie tiene con la Academia Británica a través del proyecto La música de los jóvenes negros de la Costa de Oaxaca, que realiza la doctora Lucy Durán y Sergio Navarrete Pellicer, en el cual impartirán, durante dos años, tres talleres sobre el balafón a jóvenes de la Costa Chica de Oaxaca. Navarrete Pellicer comentó que “el objetivo es que aprendan otras formas, ritmos y estructuras musicales, dejando la música mandé con ellos”.