Lilia TORRENTERA G. Oaxaca.- Martín Vásquez Villanueva, fue el primer ex funcionario en el Gobierno de Ulises Ruiz Ortiz, en presentarse voluntariamente ante la Comisión de la Verdad de Oaxaca (CVO) para declarar sobre los hechos suscitados durante el movimiento social del 2006.   La mañana de este miércoles, el ex Secretario de Salud, acudió a las oficinas de la CVO ubicadas en la colonia Reforma, donde rindió su testimonio sobre su actuación y responsabilidad que le tocó cumplir en el sector salud cuando se registraron hechos de violencia contra las población civil por parte de la fuerza pública federal en 2006 y 2007.   En breve entrevista con Ciudadanía Express, el también ex diputado local, sostuvo que su compromiso con la sociedad oaxaqueña, ha sido siempre actuar en los diferentes puestos públicos y cargo de elección popular con rectitud y responsabilidad.   Por ello se presentó sin temor alguno a dar su testimonio de los hechos ante el periodista Diego Osorno y el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, principales miembros de la Comisión de la Verdad.   Pondero la actuación de esta instancia civil para recabar las versiones de los diferentes actores de todos los ámbitos social, económico, político e incluso religioso, para conformar un informe imparcial y comprometido con la verdad de los hechos ocurrido en esos años.   A continuación el texto integro del comunicado de Vásquez Villanueva en el que da cuenta de su actuación como responsable del sector salud en 2006. No se violó el derecho a la salud en hechos del 2006: Martín Vásquez Villanueva Con el mejor ánimo de contribuir al pleno esclarecimiento de los hechos ocurridos en el 2006, hechos ya ventilados, desahogados y sancionados por el máximo tribunal de justicia del país, la SCJN, quise ser el primero en acudir ante la instancia denominada Comisión de la Verdad para rendir mi testimonio como exsecretario de salud durante ese periodo, un servidor público del gobierno estatal.   No tengo implicación alguna en esos acontecimientos pues mi responsabilidad se circunscribía a dar mi mayor esfuerzo para encabezar las políticas de salud pública en Oaxaca: ampliar la infraestructura de servicios, dar seguridad social al mayor número de oaxaqueños, dotar de medicinas a los hospitales y centros de salud.   Concretamente en el periodo investigado, el segundo semestre del 2006, los servicios de salud de Oaxaca, aunque con dificultades por la violación al derecho de tránsito de las personas, jamás fueron interrumpidos. Nuestro deber era mantener abiertas las puertas de hospitales y clínicas de salud pública y lo cumplimos. No haberlo hecho hubiera constituido una flagrante violación a los derechos humanos de los oaxaqueños, pues la salud es una de las garantías primigenias reconocidas por los principales instrumentos nacionales e internacionales.   La Declaración Universal de los Derechos Humanos, emitida por la Asamblea General de las ONU el 10 de diciembre de 1948 en París, establece que: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios”. Interferir en la consecución de esos valores fundamentales es violar los derechos humanos.   Fue actuar con gran responsabilidad, no sólo mía como titular de los servicios de salud del estado, sino de todo un equipo de miles de comprometidos servidores públicos del sector, mantener en operación los servicios de salud a que tienen derecho de origen y derecho legislado las mujeres y los hombres de Oaxaca.   Que mi testimonio sirva a la plena reconciliación del pueblo de Oaxaca, un proceso muy avanzado, en donde yo observo que la prioridad es hoy impulsar en un gran frente, en un solo equipo, el desarrollo y el bienestar de las y los oaxaqueños.