En su versión mexicana, la plataforma –que nació hace casi dos años y está disponible en forma gratuita en óNaturalist- ha tenido un gran éxito a dos años de su creación. Actualmente, registra un promedio mensual de 67 mil 832 visitas únicas y 30 mil páginas vistas, y sus usuarios activos han aportado cerca de 130 mil observaciones, con lo que contribuyen activamente al conocimiento de la naturaleza del país. En sus imágenes están representadas 78 por ciento de 863 especies registradas de aves; 49 de 445 de reptiles; 41 por ciento de 155 anfibios; 40 de 229 mamíferos; 10 de 2 mil 707 de plantas; 9 de 218 de peces; 4 de mil 281 insectos; 3 de 115 moluscos y 3 de 140 arañas. Hoy por hoy, el personaje más activo es Francisco 3 con 7 mil observaciones enviadas. El captar imágenes y compartirlas es apenas lo primero. Está además la posibilidad de suscribirse a proyectos específicos. Un ejemplo es el Distrito Federal, donde los más importantes incluyen Cuiculco; Universum; los hongos de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Angel, y el Bosque de Tlalpan. Mujica Rosales, a su vez, se refirió a la capacitación que se ofreció y el equipamiento que se hizo en 22 comunidades de Oaxaca, Chiapas, Campeche, Quintana Roo y Tabasco. Con el interés de las comunidades aledañas sumaron en total alrededor de 60. Asimismo, se ofrecen becas a los curadores de Naturalista que ayudan a identificar las especies. Un caso representativo es el de Gonzalo Zepeda Martínez, usuario independiente, quien dio a conocer su experiencia. “Esto nos favorece a los ciudadanos. A mi, la red me ayudó a resolver un problema de identidad de mi colonia. “Yo trabajo en la casa; tengo un escritorio que está junto a la ventana y los pájaros me empezaron a llamar. Yo estaba trabajando en el desarrollo de una aplicación de los Comités Ciudadanos de mi colonia. Pensaba que la identidad es de las cosas que arraigan a las personas. “Entonces, empezamos a trabajar en una exposición de las aves de Coyoacán. De la sola ventana de mi colonia logré retratar 22 diferentes. Entre ellas había águilas. Con ellas montamos una exposición en las calles”. La exposición duró tres meses y los vecinos empezaron a preguntarse si en realidad había águilas en la delegación. Con ese material se armaron discusiones. Gracias a Naturalista supieron, por ejemplo, que si existían águilas y cuáles eran sus especies. Hoy, la gente está al pendiente de otras situaciones relacionadas, como la presencia del muérdago, que afecta la presencia de las aves, y adoptó una especie de cotorros azules para evitar su extinción. “El asunto es que la gente se involucra mucho. Realmente encuentra identidad cuando reconoce a las especies con las que convive diariamente”.