México.- Entre familiares, amigos cercanos, colegas y amantes de su obra, el cineasta ruso-mexicano Sergio Olhovich recibió el mayor reconocimiento que otorgan en conjunto la Fundación Carmen Toscano, la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) y la Cineteca Nacional: la Medalla Salvador Toscano al Mérito Cinematográfico. La noche de este 5 de octubre la Sala 4, Arcady Boytler fue sede de una amena celebración gracias a la cándida personalidad del realizador de películas como Muñeca Reina (1971). Alejandro Pelayo, director de la Cineteca Nacional, y Rodolfo Martínez Aguilar, presidente de la Fundación Carmen Toscano, fueron los encargados de entregar esta presea, no sin antes coincidir en la relevancia de la obra de Olhovich como una singular conexión con la cultura rusa en nuestro país. Alejandro Pelayo destacó que la vena más personal del cine de Olhovich “es aquella en la cual enciende la sangre rusa que corre por su ser y lo impulsó a filmar historias sobre el exilio de la patria perdida.” Sin embargo, subrayó que los méritos de este cineasta no sólo se reflejan en su obra cinematográfica, sino en su lucha incansable por dignificar al cine mexicano, como lo fue su incursión en la producción cinematográfica. Al recibir la Medalla Salvador Toscano, Sergio Olhovich ahondó en las satisfacciones cosechadas en su carrera, pero también en los sinsabores que implica la creación cinematográfica, los obstáculos que muchas veces enfrentó para ser fiel a la visión tan personal que buscó siempre plasmar en cada una de sus obras. Conmovido por el sentido aplauso y expresiones de reconocimiento de los asistentes, el realizador expresó que hacer cine en este país es complicado, pero que a fin de cuentas nada detuvo su sed por contar historias. A través de su fructífera carrera Olhovich tuvo la oportunidad de acercarse a grandes figuras del cine. Durante este emotivo homenaje el realizador recordó en especial su afortunada convivencia con el cineasta español Luis Buñuel, de quien dijo haber aprendido firmemente a “no rendirse en el camino de la cinematografía”. Sergio Olhovich compartió que se encuentra preparando dos nuevos largometrajes. El primer proyecto abordará el tema de la expropiación petrolera de 1938, los antecedentes, realización y las consecuencias de este evento clave en la historia de México. El segundo, al que titulará La rosa de California, “se basa en una historia real ubicada en el siglo XIX sobre el romance entre la hija del comandante del presidio de San Francisco y un conde ruso comerciante de utensilios”. Previo a la ceremonia se proyectó una de las obras fílmicas más emblemáticas en la trayectoria de este realizador: Llovizna (1978). También se exhibió una emotiva semblanza audiovisual editada por el cineasta Juan Antonio de la Riva.