Maria Luisa de Villa, artista visual Oaxaca.- La controversia generada por el Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca, se centra en la ubicación del mismo. No se trata de “que” se va a construir, sino de “donde”. Sin contar con la experta asesoría de los mejores arquitectos y urbanistas que se tienen en el país y que Oaxaca bien que lo merece, se pretende construir un complejo arquitectónico que será visible y físicamente parte del centro histórico de la ciudad de Oaxaca. Al no contemplar un sentido del lugar y ubicarse en lo más alto de la ciudad, este proyecto desafortunadamente, corre el riesgo de lastimar el encanto y la historicidad del centro histórico y su hasta ahora, monumental Santo Domingo de Guzmán. Oaxaca necesita un centro de convenciones, pero no en medio del centro histórico y a costa de la devastación de la única área verde de buen tamaño que tiene. En contraste con el pequeño cuadro que comprende el centro histórico, la mayor parte de la ciudad se encuentra semi-abandonada, pide a gritos un proyecto como el del CCCO que traería hoteles y mejoras urbanas. Viendo hacia el futuro, la infraestructura turística tiene que crecer y el CCCO también necesita espacio para crecer. El Cerro el Fortín, es parte de las capas de historia natural y cultural que le dan forma y sentido a Oaxaca, se ve desde todos los puntos y enmarca divinamente al pequeño centro histórico haciéndolo resaltar en todo su pintoresco y evocador encanto. También sirve de importante pulmón para una ciudad que crece veloz y desordenada, aumentando sus índices de polución. Sin demasiada manipulación, este cerrito, ofrece la maravillosa oportunidad de poder ser un parque citadino muy especial con una suma de atracciones afines a la visión ecologista que hoy por hoy domina el panorama del diseño urbano. La idea es rescatar y preservar la historia y mejorar la relación con el medio ambiente a fin de proteger al planeta Tierra que todos compartimos y no talar árboles y pavimentar la cúpula arbolada que aún queda del cerro de la ciudad. El turismo seguira viniendo a Oaxaca. Vendrá como hoy, buscando su clima, su gente, sus mercados, sus museos, sus centros de arte y cultura y sus artesanos y artistas. Vendrán los turistas a caminar en sus calles y ver sus atardeceres bajo los flamboyanes de Santo Domingo enfrentito del Cerro el Fortín.