Oaxaca, México.- El homenaje a José Guadalupe Posada que Francisco Toledo hizo a través de una carpeta gráfica, no sólo unió el arte de dos grabadores, también creó un intercambio cultural entre Aguascalientes y Oaxaca.
Los beneficiados por la venta de la carpeta que contenía cuatro grabados fueron artesanos de Oaxaca y Aguascalientes, a través de distintos proyectos, hace días finalizó el enfocado al arte textil, un taller de deshilado que estuvo dirigido a un grupo de 20 oaxaqueños que viajaron a la región del Bajío.
La artista textil Mariana Grapain, señaló que los asistentes al taller tuvieron el gusto de ejercitar y revivir el arte de los nudos y el corte de hilos, en el deshilado de Aguascalientes.
Agregó que los oaxaqueños, que fueron parte del taller en tierras hidrocálidas, constataron que aún existe un fino arte textil ejecutado magistralmente por mujeres mestizas, descendientes de migrantes de países donde actualmente está casi extinta la técnica, como España e Italia, entre otros.
“Es triste ver de cerca casos de artesanas que han dejado su labor por trabajar en fábricas maquiladoras de jeans y cinturones de seguridad coreanos, en donde una jornada de 8 de la mañana a 5 de la tarde es pagada en 400 pesos semanales. Es un ingreso seguro y no tienen que buscar compradores para sus prendas deshiladas”, expresó la artista textil.
A decir de la también investigadora, actualmente son pocas las mujeres menores de 40 años que se interesan en realizar el deshilado, por ello es probable que cuando las adultas mueran, este oficio desaparecerá.
“A principios del siglo pasado las piezas deshiladas blancas de ornato eran comúnmente comercializadas, quién no recuerda haber visto colocada una servilleta, carpeta o mantel en casa de sus abuelos”, detalló la diseñadora istmeña.
Y comentó que fue a partir de la década de los 70 del siglo pasado, que el deshilado fue teniendo menor demanda, esto por la introducción de máquinas imitadoras orientales.
Grapain asistió junto con el grupo bordadoras y bordadores provenientes de distintas regiones de Oaxaca, quienes durante dos semanas se hermanaron a través de los hilos, con los artesanos de Aguascalientes, con quienes intercambiaron conocimientos y adquirieron nuevas técnicas.
Para ella el deshilado es un “oficio de precisión, labor de tensión de hilos que al mínimo descuido, puede perder secuencia y carecer de estética a consideración de los oriundos del estado”.
El Centro de Artes y Oficios, fue el sitio donde los artesanos tomaron las clases, gracias a un proyecto de colaboración entre el Gobierno de Aguascalientes, el artista Francisco Toledo y el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa).