Reuters
España.-Las elecciones del domingo en España, con una victoria insuficiente del PP, confirmaron el fin del bipartidismo y dibujan un panorama que difícilmente se decidirá hasta bien entrado el nuevo año y que previsiblemente resultará en un gobierno de izquierdas, con pactos puntuales y de duración incierta.
Aunque el gobernante
Partido Popular fue el ganador de los comicios, los 123 escaños conseguidos no serán suficientes para revalidar el mandato teniendo en cuenta que gran parte del resto de las fuerzas políticas han dejado claro que votarían en contra de la alternativa representada por
Mariano Rajoy.
"Se abre un escenario muy difícil, será necesario mucho tiempo para poder formar un gobierno. Esto es como un ensayo de unas nuevas elecciones que serán en un plazo de año o año y medio", dijo a Reuters Lorenzo Navarrete, profesor de Sociología de la
Universidad Complutense.
El líder del PP, que logró 7.2 millones de votos, reconoció que el panorama postelectoral "no será fácil" y que habrá que llegar a "entendimientos" y añadió que buscará apoyos parlamentarios para intentar formar gobierno.
Nunca en los años de democracia se había producido una victoria tan ajustada, con el PP a 53 escaños de la mayoría absoluta de la que la disfrutó ampliamente en los últimos cuatro años y podría verse superado por potenciales aunque difíciles alianzas de formaciones de izquierdas.
El
Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la otra histórica formación que junto al PP se ha repartido el Gobierno español en las últimas décadas, obtuvo el peor resultado de su historia pero quedó en segunda posición con 90 escaños.
"España quiere izquierda, quiere cambiar, pero es cierto que los españoles han decidido hoy que la primera fuerza es el PP", dijo el líder del PSOE, Pedro Sánchez, que se mostró abierto al diálogo y dijo que era al PP al que le correspondía formar gobierno.
Ecuaciones con varias incógnitas
Al margen de un improbable acuerdo entre los dos mayores partidos, para alcanzar la mayoría absoluta de 176 representantes habría que sumar al menos tres partidos ante la gran fragmentación del Parlamento, lo que podría anticipar una
legislatura corta.
El partido antiausteridad liderado por Pablo Iglesias logró en su primer asalto al Congreso 69 escaños, muy por encima de lo que proyectaban algunos sondeos, mientras que el centrista
Ciudadanos, de Albert Rivera, quedó en cuarta posición con 40, tras haber ido cayendo en las encuestas durante la campaña.
Aunque Ciudadanos, considerado ideológicamente el aliado natural del PP, podría haber sido crucial para el partido de Rajoy, ni siquiera los dos juntos se acercarían a la mayoría absoluta, sumando 163 de los 350 asientos del Congreso. El binomio resulta teóricamente incompatible con otras fuerzas nacionalistas con representación.
Podemos, que ha condicionado cualquier apoyo de gobierno a una reorganización territorial y que apoya la celebración de un polémico referéndum por la independencia de Cataluña, podría hipotéticamente sumar 159 escaños con el PSOE, pero a estas alianzas podrían sumarse otros partidos de izquierda y nacionalistas que complicarán cualquier acuerdo de legislatura.
"El PP va a ser el primero en intentar su frente, pero es más posible el otro, la suma es más posible en el bloque de izquierdas", dijo a Reuters Ignacio Jurado, profesor de Políticas en la Universidad de York. "La situación, no obstante, es complicada y no veo una salida fácil".
La fuerza nacionalista
Y es que, en contra de lo previsto, una legislatura más, las formaciones nacionalistas volverían a ser decisivas, con los partidos catalanes Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Democràcia i Llibertat (Convergència) logrando 9 y 8 diputados, respectivamente, y Partido Nacionalista Vasco 6 representantes.
"El bloque de izquierdas tiene más posibilidades porque van a sumar más, y a la hora de llegar a un acuerdo en un bloque de connivencia con los nacionalistas lo tiene algo más fácil, aunque no fácil", explicó Jurado.
Los duros años de crisis y la austeridad impuesta por la doctrina fiscal europea junto con los numerosos casos de corrupción política explican en gran parte la diversidad histórica del resultado. El PP y el PSOE, que tradicionalmente han sumado más de 300 escaños, quedan representados con 213 asientos.
Lo único que ha quedado claro en las elecciones más inciertas de "las dos Españas" a las que se refería Antonio Machado es que la capacidad de negociación será vital para garantizar estabilidad a una economía en recuperación pero todavía con grandes desequilibrios como el déficit, la deuda pública o una tasa de desempleo del 21 por ciento.