Oaxaca.- “He venido a hablarles del futuro”. La voz sale por los altoparlantes del Auditorio Juan Rulfo. Los cerca de mil asistentes escuchan atentos. Ante ellos no está un oráculo, un profeta, mucho menos un mesías. Frente al público se encuentra Enrique Vila-Matas, quien acaba de recibir el Premio FIL en Lenguas Romances —“antiguo Premio Rulfo”, dice, refiriéndose al pasado mientras habla del futuro— y se ha convertido, también, en el centro de atención de la ceremonia inaugural de la XXIX Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
“Si me impuse hablarles del futuro”, añade el escritor español nacido en Barcelona en 1948, “fue sobre todo porque este Premio distingue la obra de autores ‘con un aporte significativo a la literatura de nuestros días’, y yo quería que se supiera que quizá me ajusto a esta premisa porque desde siempre he escrito en la necesidad de encontrar escrituras que nos interroguen desde la estricta contemporaneidad”.
En el momento que Vila-Matas lee su discurso de aceptación del Premio FIL, la gente ya ha tenido oportunidad de aplaudir: primero, cuando el escritor premiado hizo acto de aparición en el auditorio Juan Rulfo; después, en el tiempo que apareció también Fernando del Paso, quien recibirá un homenaje por sus 80 años de vida y que hace unas semanas fue elegido como ganador del Premio Cervantes. Ambos escritores se convirtieron en el centro de la atención durante la inauguración de la FIL, que este año tiene como Invitado de Honor a Reino Unido.
El encargado de la semblanza de Vila-Matas fue el crítico literario Christopher Domínguez Michael, quien dedicó su discurso a desmenuzar la obra del escritor barcelonés —con quien, dijo, mantiene una “amistad inglesa”—: señaló que uno de los grandes méritos del narrador ha sido “no haber confundido nunca, como tantos de nuestros colegas, a la literatura con la edición”; indicó que “es impreciso reclutarlo entre los híbridos, con perdón de los profesores”, y subrayó que su obra es una autoficción, novedosa y vivaz como lo es la segunda parte del Quijote”.
Previo a la ceremonia de entrega del Premio FIL, Raúl Padilla, presidente de la Feria, dio la bienvenida a los asistentes. Repasó las principales actividades e invitados que se darán cita en la Feria y enfatizó la presencia de Reino Unido como Invitado de Honor de la FIL, una nación a la que calificó como “protagonista en la formación de la literatura universal”.
Padilla López destacó la presencia de 1,900 editoriales representando a 36 países, y recordó que este año se espera la asistencia de más de 750 mil personas. Para cerrar hizo dos reflexiones: la primera para sumarse a la iniciativa de la creación de una Secretaría de Cultura federal, en sustitución del Conaculta, y la segunda para solidarizarse con las familias de las víctimas de los atentados terroristas en París, Mali, Nigeria y Túnez, haciendo un llamado a la búsqueda de “un mundo donde las ideologías no sean motivo de conflicto”.
El llamado del presidente de la FIL fue replicado por Tonatiuh Bravo Padilla, quien señaló que “en una época en la que estamos en riesgo de claudicar ante los fundamentalismos, es necesario reivindicar los valores de la libertad, la ciencia, la democracia, el diálogo”, y terminó parafraseando a The Beatles diciendo que durante estos nueve días en lugar de “Let it be” será menester decir “Let it read”.
Finalmente, John Whittingdale, secretario de Estado para la Cultura, Medios de Comunicación y Deporte de Reino Unido, calificó como un placer acudir en calidad de invitado de honor a la Feria, y señaló que la invitación “es el broche de oro” para las actividades del año dual entre México y Reino Unido.
Luego de la declaratoria inaugural a cargo de Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), quedaron formalmente abiertos los nueve días de la fiesta librera que, como cada año, se convertirá en un punto de encuentro para las artes, la ciencia, la academia y, por supuesto, la literatura.