La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), liberó en la Sierra Madre Occidental, a seis lobos mexicanos conformados por una hembra, un macho y sus cuatro cachorros. La liberación tiene una gran importancia ecológica y simbólica de la capacidad del Estado Mexicano de gestionar de manera sostenible sus recursos naturales y su biodiversidad.
Este proceso de reintroducción se da a través del Programa de Conservación de Especies en Riesgo (PROCER), administrado por la CONANP, institución que junto con dependencias hermanas, la sociedad civil organizada y la academia trabajan en la recuperación de esta emblemática especie.
A los ejemplares liberados les fueron colocados collares de seguimiento con el fin de darles monitoreo y seguimiento; asimismo fueron vacunados y transportados en jaulas hasta el lugar de la liberación, dándoles siempre un trato digno y respetuoso y logrando, con ello, el menor tiempo posible en su traslado al lugar de la liberación.
Colaboraron en este proceso personal de la Universidad Autónoma de Querétaro, de la UMA Buenavista del Cobre, así como de las delegaciones de Profepa y Semarnat en el estado de Chihuahua.
La autorización para su liberación fue realizada por la Dirección General de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
El lobo mexicano es una especie que presenta un celo anual en la temporada invernal, por lo que fue necesaria su liberación para no afectar el proceso reproductivo en los ejemplares liberados.
Los lobos mexicanos juegan un papel importante en control de especies, como coyotes, liebres, pequeños roedores y reptiles, así como su alimento natural que son los venados y pecaríes, entre otros; asimismo, permiten que se recupere la vegetación.
La distribución histórica del lobo en México fue en los estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, San Luís Potosí, El Bajío y la Meseta Central, llegando incluso hasta Oaxaca.
El programa de conservación del lobo mexicano es prioritario en la agenda ambiental del país, por lo cual se continuará con el esfuerzo de recuperación de esta especie en vida silvestre, para ello se mantendrán los procesos de investigación para la recuperación de la especie.
El lobo gris mexicano es una subespecie de lobo gris, su peso va de los 21 hasta los 41 kg y miden entre 130 y 180 cm de hocico cola, siendo los machos más grandes y pesados que las hembras, su pelaje es café amarillento, claro en el vientre y la parte interior de las patas, con sombreados negros y grises en la parte superior dorsal.
Tiene una cabeza angosta y orejas grandes y redondeadas en las puntas, con patas grandes y cojinetes anchos. En estado silvestre viven entre 7 y 8 años, en cautiverio hasta 15 años.
El lobo gris mexicano mantiene el equilibrio en los ecosistemas y promueve su recuperación, mantiene el balance de las poblaciones de presas y promueve la conservación y protección de los ecosistemas.
El gobierno de la República, a través de la SEMARNAT y la CONANP, promueve una serie de acciones de conservación en las Áreas Naturales Protegidas mediante la ejecución de programas de subsidio que incluyen el pago por servicios ambientales y el apoyo a los habitantes de las comunidades, entre otras acciones, para la recuperación y conservación de ésta y otras especies en peligro de extinción.