Washington, EUA.- Investigadores estadunidenses concluyeron que la
Tierra habría entrado en un
nuevo periodo de
extinción, al encontrar que el ritmo de desaparición de especies de vertebrados es 114 veces mayor que en épocas anteriores.
Una investigación realizada por las universidades de Stanford, Princeton y Berkeley descubrió que las tasas de
extinción actuales están muy por encima de las tasas “de fondo que prevalecieron en las cinco extinciones masivas anteriores.
La afirmación de que la
Tierra está entrando a una sexta fase de extinción masiva se basa en la rapidez de desaparición de las especies, sostienen los científicos en un artículo publicado en la revista especializada Science.
Los investigadores analizaron las tasas históricas de la extinción de vertebrados mediante la evaluación de los registros fósiles y las compararon con la actual.
Según sus hallazgos, la tasa es ahora 114 veces mayor que durante los periodos en que la
Tierra no se encontraba en épocas de extinción, y precisaron que de 1900 a la fecha han desaparecido más de 400 vertebrados.
Debido a que esa pérdida normalmente se ve en el transcurso de un
periodo de hasta 10 mil años, los especialistas investigaron si las causas de esa desaparición acelerada estaban relacionadas con las actividades humanas.
Encontraron que el cambio climático, la contaminación y la deforestación propician la rápida desaparición de los vertebrados, incluidos los seres humanos, y de otras especies ahora consideradas en peligro de extinción, como las abejas.
Al menos 50 especies de animales se acercan a la extinción cada año y según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), alrededor de 41 por ciento de todos los anfibios y 25 por ciento de los mamíferos están amenazados de extinción.
Estos hallazgos revelan una “excepcionalmente rápida pérdida de la biodiversidad en los últimos siglos, lo que indica que una sexta extinción masiva ya está en marcha”, afirman los investigadores.
Aseguran que evitar una decadencia dramática de la biodiversidad y la consiguiente pérdida de los servicios ambientales sigue siendo posible a través de la intensificación de los esfuerzos de conservación, pero que también esa ventana de oportunidad se está cerrando rápidamente.