Oaxaca, México.-Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) emprendieron un proyecto para hacer llegar a un millón de personas en las zonas más pobres de Guerrero y Oaxaca estufas ahorradoras de leña, las cuales fueron diseñadas por un egresado de la Facultad de Ingeniería a fin de generar un impacto social positivo en estas comunidades.
Walter Ángel Jiménez, creador del aparato de combustión, explicó en entrevista que esta tecnología reduce en 65 por ciento el uso de esta materia prima (regulamente una familia utiliza de 10 a 15 leños de encino para un desayuno y con esta estufa sólo emplea entre cuatro y cinco), además protege el ambiente y la salud al expulsar todos los humos tóxicos de las cocinas.
Con el apoyo y asesoría de la Coordinación de Innovación y Desarrollo (CID) de la UNAM, los jóvenes han relanzado la empresa social InfraRural, gracias a la cual han logrado ya la instalación de 350 de esas estufas en la montaña alta de Guerrero, más de 150 en la región mazateca de Oaxaca y un centenar en algunas comunidades de Chiapas.
Ahora, por conducto de Fondeadora.mx intentan recaudar 95 mil pesos a fin de sumarse a la plataforma social Unreasonable (que apoya a emprendedores que trabajan con diversas problemáticas en el país), con el propósito de conseguir contactos para instalar estufas de leña en beneficio de un millón de personas en las comunidades más pobres de esos estados, adonde no llega, incluso, la campaña contra el hambre del gobierno federal.
Impacto social
InfraRural es una empresa social cuyo objetivo no es la acumulación de capital, sino generar impactos sociales positivos en las comunidades. A la vez, pretendemos trabajar y sobrevivir del proyecto, afirmó Jiménez, también director general de la compañía.
Hace cuatro semanas los universitarios comenzaron la campaña de la fondeadora a fin de recaudar aportaciones de ciudadanos, organizaciones y fundaciones para ampliar su esquema de trabajo y alcanzar el objetivo de beneficiar a un millón de personas con la instalación de estufas ahorradoras de leña. El plazo para reunir los 95 mil pesos vence el 20 de junio.
Ángel Jiménez invitó a realizar aportaciones e ingresar tanto al espacio del proyecto en la fondeadoracomo al sitio electrónico de la empresa (Infrarural.com) en Facebook y Twitter.
En la página de la fondeadora pueden hacer sus aportaciones que van desde 50 pesos hasta lo que sea su voluntad, mediante tarjetas de crédito o de débito, o en establecimientos de conveniencia.
En agradecimiento, los jóvenes manejan un sistema de recompensas que incluye sombreros de palma producidos en la montaña alta de Guerrero.
En caso de no recaudar los 95 mil pesos, dijo, seguirán esforzándose por conseguirlos. Costará más trabajo, pero nuestro compromiso con las zonas más marginadas del país es irrenunciable.
En el proyecto participan cuatro fundadores y 30 voluntarios de carreras como física, química, ingeniería, pedagogía y sicología, todos de la UNAM.
En breve, los universitarios comenzarán con dos iniciativas más: un sistema de biodigestión de residuos para generación de gas y estufas que generan electricidad por combustión de leña.