Renuncia Carlos Navarrete a la dirigencia del PRD

Oaxaca, México.-La dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que encabeza Carlos Navarrete Ruiz, oficializó anoche su renuncia al cargo ante el Consejo Nacional del partido, tras reconocer que de no darse una transformación profunda, ese instituto corre el riesgo de extinguirse.

Los consejeros comenzaron la evaluación de la propuesta, sin que se agotara la discusión por el número elevado de oradores y cerca de la medianoche se decretó un receso. El consejo se reanudará hoy a las 10 de la mañana. Hasta anoche, la decena de consejeros que habían tomado la palabra expresaron estar en favor de la dimisión anticipada de Navarrete. Al oficializar ante ese órgano su renuncia a casi un año de haber asumido el cargo, Navarrete reconoció que el PRD vive la peor crisis en sus 26 años de vida, aunque quiso minimizar la debacle electoral que sufrió el sol azteca en las elecciones del pasado 7 de junio. En su informe repartió culpas. Dijo que la fractura comenzó con la salida de Andrés Manuel López Obrador –a quien no mencionó por su nombre–, la creación de Morena, la renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Marcelo Ebrard y el descrédito que les causó la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, en septiembre pasado. Aunque pregonó que se mantienen como la tercera fuerza electoral –con 11.4 por ciento de la votación–, párrafos más adelante en su discurso señaló que perdieron la gubernatura de Guerrero, los electores nos mandaron al segundo lugar en el Distrito Federal y perdimos distritos y delegaciones como nunca en 18 años. Admitió incluso que el criterio de cerrar espacios a candidaturas externas y de postular sólo a perredistas a como diera lugar, debilitó nuestra competitividad. Hasta acusó a Morena y a Movimiento Ciudadano de que pareciera que su objetivo principal es el exterminio del PRD, pues no sólo han cerrado hasta ahora cualquier posibilidad de alianza electoral, sino que escalan las diferencias y la confrontación hasta niveles que alcanzan la descalificación política. Sostuvo que la fractura de la izquierda en el pasado proceso electoral permitió al PRI y sus aliados lograr la mayoría en la Cámara de Diputados.

Transformación integral

En el balance electoral del partido se precisa que en la pasada elección de diputados federales, en 14 estados el PRD tuvo una votación menor a 6 por ciento, entidades en que deberán renovarse también las dirigencias locales, como parte de la transformación del partido.

En un afán de deslindarse, señaló que esta crisis como nunca se había vivido es resultado de debilidades acumuladas durante 26 años de existencia del partido, etapa que está terminando, “por lo que el PRD debe entrar a una transformación integral en su actuación política, en sus actuaciones internas y en sus gobiernos estatales y municipales. De no hacerlo corremos el riesgo de ir debilitando nuestro proyecto político hasta ponerlo en riesgo de franca extinción, recalcó. El proceso para la renovación de la dirigencia, de acuerdo con el documento base para la discusión en el consejo, debe aterrizarse en el Congreso Nacional, programado para finales de septiembre o principios de octubre, para lo que se integrará una comisión de transición.

El texto del documento, consensuado entre las corrientes, también fue avalado, antes de que se instalara el consejo por los tres gobernadores de izquierda –Arturo Núñez, de Tabasco, Graco Ramírez, de Morelos, y el oaxaqueño Gabino Cué– y por el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera. Los mandatarios se reunieron con Navarrete y el secretario general, Héctor Bautista, en un restaurante cercano al hotel donde sesionaron los consejeros del partido. Fue en esa reunión a puerta cerrada donde se concretó la propuesta que presentó la dirigencia del sol azteca y que consta de nueve puntos, entre ellos que el instituto político debe observar y verificar a los gobiernos perredistas estatales y municipales, sustituir de inmediato a las direcciones secuestradas por titulares del Ejecutivo estatales, además de impulsar una extensa política de alianzas.

Manejos autónomos

En ese documento se incluye la intención de controlar a los grupos legislativos, tanto en el Congreso federal y los locales, ya que se manejan como si fueran autónomos del partido.

Se subraya que las direcciones nacional y estatales deben velar por que nuestros grupos parlamentarios actúen con plena independencia de los gobiernos, además de que esas fracciones deben crear contralorías ciudadanas para que vigilen y auditen el uso de los recursos que tienen a su disposición, para que sean manejados con transparencia. En su caso, fincar las responsabilidades y sanciones que se deriven de manejos indebidos. También se pretende hacer obligatoria la asistencia de todos los legisladores del PRD a sesiones plenarias de comisiones, comités y otros órganos parlamentarios de las que formen parte. Las inasistencias serán sancionadas pecuniariamente. Se debe informar de inmediato el sentido del voto de los legisladores y publicarlo en las páginas de Internet del partido y la fracción o los dirigentes que se nieguen serán sometidos a un proceso tendiente a su remoción. El Consejo Nacional arrancó pasadas las siete de la noche, después de intensas negociaciones –que venían de semanas atrás– con el amplio discurso de Navarrete. Luego vino la presentación de la Propuesta para fortalecer al PRD.

Ejemplo propio

El debate lo abrió el gobernador electo de Michoacán, Silvano Aureoles, quien respaldó la propuesta de Navarrete, pero pidió a sus correligionarios no sentirse derrotados. Usó su propio ejemplo de que es posible revertir resultados negativos, ya que él, en su segundo intento logró la gubernatura.

Graco Ramírez dijo que, al igual que Aureoles, encontraron estados dominados por el crimen organizado. Al cierre de esta edición faltaba que intervinieran una treintena de oradores, quienes se aprestaban a cumplir con el compromiso asumido por todas las corrientes e integrantes del CEN para respaldar el relevo adelantado de la dirigencia. La Jornada