Oaxaca.-Era el solsticio de invierno a finales de 1531, entre los días 9 y 12 de diciembre, cuando en el cerro del Tepeyac, sitio de un antiguo santuario dedicado a Tonantzin Cihuacóatl, diosa madre de los mexicas, se apareció rodeada de dorados rayos solares, vestida de jade y estrellas, con la luna menguante a sus pies, una dulce, joven y bonita señora de facciones europeas y la tez morena del amerindio. La Virgen de Guadalupe llega a México y los mexicanos le responden, la convierten en su abanderada libertaria, su reina, su virgen mexicana y su imagen colectiva por excelencia. Es una historia de amor, una relación de madre e hijo que surge en el cerro del Tepeyac y nace del diálogo que se establece entre la Virgen y el mexicano autóctono en la primera mitad del siglo XVI.
Muchas felcidades nantzin y patrona Santa Maria de Guadalupe!!!
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