Lilia TORRENTERA G.
Oaxaca.- Las calles, edificios históricos, iglesias y recovecos históricos de la Verde Antequera, ya no podrán ser presumidos a visitantes nacionales y extranjeros por Don Rubén Vasconcelos Beltrán, quien este miércoles falleció a la edad de 77 años.
Su andar plácido con un inseparable libro bajo el brazo; vagando, escudriñando y tomando nota de detalles nuevos de su ciudad, será algo de lo muchos por lo que se le extrañará.
La escritura fiel compañera en su vida, se apagó, aunque el legado dejado deja miles de páginas con lecciones para a amar y cuidar a la ciudad de Oaxaca.
Al periodismo cultural le heredó el rigor académico de la investigación y los matices que dan las palabras para la narración de una historia, una crónica, una entrevista o un reportaje y que quedan inscritos en las páginas de los diarios del Oaxaca y en libros del ayer y hoy.
Que decir de los libros publicados y sus apunte inéditos que habrá dejado como el testimonio más directo de su pasión por la historia, la literatura, la antropología, la arquitectura y todas las disciplinas sociales que logró entrelazar para hacer comprender a sus lectores de la importancia del patrimonio cultural material e inmaterial de Oaxaca.
Vasconcelos Beltrán logró atesorar el respeto ganado de muchas generaciones; su incesante compromiso por la educación, primero como catedrático de las Preparatorias y de la Facultad de Contaduría de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” (UABJO):
Enseñar fue un apostolado cotidiano en su vida, a ello obedecía su incansable faena de estudiar, investigar, viajar y adquirir conocimientos nuevos para enrqiuecer sus notas que daría forma a el contenidos de sus riquísimos libros.
Por él, las y los jóvenes oaxaqueños conocerán el Oaxaca de antaño y también el Oaxaca contemporáneo, a través con esas cronologías de acontecimientos con datos, efemérides, nombres de personajes, citas literarias, descripciones, historia de edificios, templos casonas.
El mejor homenaje que la sociedad oaxaqueña puede rendirle a uno de sus intelectuales contemporáneos, es leer y difundir su obra.
Tarea que deben asumir las instituciones educativas, especialmente la UABJO donde Vasconcelos Beltrán formó a generaciones de preparatorianos en la ética y la filosofía que fueron siempre, sus cartas de presentación en cada una de sus actividades académicas y culturales.
Desde de hoy, Oaxaca va a extrañar a sus más apasionado admirador.
Descanse en paz.