Lilia TORRENTERA G.
Oaxaca.- Alejandro Murat Hinojosa, investido aún como gobernador electo de Oaxaca se presentó muy almidonado ante el pintor Francisco Toledo, encuentro al que presumió en sus redes sociales.
Con un impecable traje oscuro y una corbata roja, Alejandro Murat Hinojosa evidenció que su staff de asesores desconoce en mucho la personalidad de Toledo, el artista plástico más importante de México que odia las formalidades y las vestimentas caras y de marca que visten a la clase política, esa a la que ha denunciado siempre de llegar al poder solo para hacer más pobre a Oaxaca.
La fotografía revela que el encuentro casi clandestino, como todos los que ha realizado en las últimas fechas Murat Hinojosa, se llevó acabo en el Hotel Azul, propiedad del priísta José Luis Bustamante del Valle.
Al parecer esta reunión buscada por el equipo de Murat Hinojosa, tuvo más tintes de marketing político que de mostrar una convicción de escuchar propuestas de verdaderas políticas culturales y proyectos que beneficien al pueblo de Oaxaca como los que ha llevado acabo el pintor Toledo en casi toda su vida; desde la sociedad civil; con su propio dinero; sin aduladores ni vividores de la cultura.
El pie de foto que aparece en la cuenta personal de Twtter del quien asumirá la gubernatura el 1 de diciembre próximo, deja mucho que pensar y preocupar.
Y es que ha trascendido que Murat Hinojosa se ha dejado coptar por grupos de priístas disfrazados ahora de “verdes” que han hecho de la cultura un medio para lucrar, corromper y enriquecerse, fórmula que se repitió en el “gobierno del cambio” que ignoró a la comunidad artística y cultural alejada del servilismo oficial.
A juzgar por lo que se lee el tuit, la cultura tampoco será prioridad en los próximos seis años:
“Comparto puntos de vista con el Maestro Francisco Toledo sobre la riqueza cultural de nuestro Estado”, reza el tuit con un tono sepulcral y muy de turismo antropológico.
Toledo por su parte, vestido con la arrugada sencillez de siempre, se le ve condescendiente con el gobernador electo, diplomacia política que ha aprendido y entendido en cada inicio de sexenio.
Quien ha ganado el Premio Nobel Alternativo, sabe que las buenas intenciones se diluyen fácilmente con en el ejercicio del poder de cada nuevo gobernarte para pasar de gurú a protagonista de linchamiento mediático y hasta de persecución fiscal como le sucedió con del saliente mandatario estatal, Gabino Cué Monteagudo.
Por ello, ante el autoritarismo, el conflicto de intereses y la corrupción que pudieran venir, Toledo no se alejará de su papel crítico y de defensor de las causas culturales; ambientales, de derechos humanos; de pueblos indígenas, de la educación, etcétera, etcétera, aunque se tome la foto con cuanto poderoso le arrimen.