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Oaxaca.-La pintura, para Enrique Brito, es una oportunidad de tender puentes hacia otros mundos. “Con la pintura entras a otro plano, como si estuvieras en un sueño”, afirma este pintor mexicano, radicado en Estados Unidos desde hace más de 30 años.
Con cerca de 500 obras producidas, Enrique Brito presentó la muestra de su arte en el Consulado Mexicano en Oxnard, California. También tiene programada otra exposición en Chicago en el mes de agosto.
En su estudio de Long Beach, Enrique Brito, de 47 años, resguarda varias de las piezas pintadas recientemente. Otras se encuentran en manos de coleccionistas privados de México, Canadá, Estados Unidos, Japón, Italia y España, entre otros países europeos.
El pintor, originario de Morelos, México, ha explorado diferentes estilos y técnicas, incluyendo el óleo y acrílico. Sin embargo, continúa en la búsqueda de crear su propio estilo pues desde su punto de vista, los artistas de la actualidad deben crear algo diferente a lo que ya existe.
Enrique Brito admira las obras maestras de Rufino Tamayo, Claude Monet, Cora B. Miner, Paul Cezanne, David Alfaro Siqueiros, Salvador Dalí, Frida Kahlo y tantos grandes de la pintura pero asegura que no busca imitar a los grandes maestros.
“Los pintores debemos aportar algo nuevo, crear nuestro propio estilo”, opina el pintor al mismo tiempo que reconoce que ésta es una empresa sumamente difícil.
Aparte de su relación como creador y el ambiente artístico, Brito está consciente de que se encuentra inmerso en un mundo de vida agitada y demandante. Admite que para la mayoría de los artistas es muy difícil vivir del arte ya que existen muchas propuestas artísticas de gran calidad. Los circuitos de difusión también son muy estrechos.
“Dejar fluir la pintura”
Respecto al proceso creativo, Enrique Brito considera que para él pintar es una experiencia “espontánea” en la que muy pocas veces preconcibe lo que va a plasmar en el lienzo. “Nunca pienso lo que voy a hacer, no lo premedito, simplemente lo ejecuto”, dice el artista.
Para Brito, pintar es un acto de exploración de su interior. “Yo siento que una energía se acumula dentro de mí y siento la necesidad de sacarla. Cada obra es una entrega de energía. El universo se expresa a través de mí”.
De hecho, en sus cuadros se observa una obsesión por crear mundos dentro de mundos. “ Me intriga la conexión entre el cuerpo humano, el planeta tierra y el universo. Para mí, nuestro cuerpo es como un vehículo, su casa es la tierra y la casa del planeta es el universo”.
El intento de comunicación entre el individuo y el universo se refleja en las pinturas, navegando a través del tiempo, viajando de lo macrocósmico al mundo interior y viceversa. “Cuando pinto hay una desconexión de lo exterior y una conexión con mi escencia. Entras a otro plano. Como si estuvieras en un sueño. Te metes en el sueño y pueden pasar horas o semanas sin darte cuenta. Para mí, una pintura es un mandala o un mapa cósmico”, indica.
Brito parte de los colores para crear atmósferas, que remitirá a los receptores a ciertos climas y medio ambiente. Como si tuviera vida propia, la misma pintura va dando forma a raíces y nubes. Ayudado por la gravedad de la tierra, el color va dando forma a ramas de árboles, cuerpos humanos, figuras geométricas y otros seres que nacen de la imaginación.
“Las obras que hago son sólo una prueba de lo que experimento mientras estoy despierto, también mientras duermo y sueño, por acá en la tierra, en esta forma humana”, expresa Enrique Brito.
Cultura en Movimiento
Para Enrique Brito los movimientos culturales creados por los artistas en sus lugares de residencia, son un buen medio para dar a conocer las creaciones artísticas.
De 1998 al 2002, Enrique Brito fue parte de la fundación del primer colectivo de artistas hispanos en Santa Ana, California, conocido entonces como Art in Motion o Arte en Movimiento. Alrededor de 30 músicos, poetas, actores y pintores formaron parte de este grupo. En ese espacio realizaban conferencias, clases de arte para niños y tocadas de rock. Esta última actividad fue motivo para que las autoridades cerraran el lugar.
Del 1998 al 2005, varios artistas se unieron para restaurar dos edificios abandonados: El Santora y el Surgeon Building que se convirtieron en la actual Villa de los Artistas, ubicada en Santa Ana. En el último edificio los creadores abrieron una cafetería y un teatro. En ese proyecto participaron alrededor de 150 artistas que tenían sus estudios en el edificio. En ese tiempo comenzó a publicarse la revista Revolucionarte y los jóvenes realizaron el primer festival de arte de comienzo del nuevo milenio.
Desde 1995 Enrique Brito coordina a varios niños en la realización de un enorme mural en celebración anual del Día de la Tierra. El pasado 20 de abril esta celebración se llevó a cabo en la ciudad de Garden Grove.
Enrique Brito también realiza trabajos de escultura, dibujo, fotografía, teatro y radio comunitaria. Para obtener ingresos, Brito hace trabajos de escultura metálica y restauración de detalles arquitectónicos. Actualmente trabaja en la restauración de un edificio histórico en Long Beach, así como las instalaciones del Doheny Residence, en Los Angeles.
A pesar de todos los condicionamientos que obligan al ser humano a depender y estar bajo el control de las circunstancias y fuerzas externas. Brito cree que el arte y especialmente la pintura, son una forma de ser libre y deshacerse de las ataduras del mundo. El arte, considera, te permite compartir una percepción de colores, movimientos y formas. A través del arte, los seres humanos también hacen la historia, concluye.