La ópera, permite el acercamiento de los niños a la escena: de Alba

Oaxaca.- Luego de la exitosa presentación del concierto didáctico “Canita conoce a Coquín”, el coordinador del programa “Niños, manos a la ópera” del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) , Juan Antonio de Alba, consideró que la ópera es una herramienta que permite el acercamiento de los niños a la escena.   Tras la presentación de este concierto que se realizó el pasado sábado en el Teatro Juárez, el funcionario, acompañado del director y actor de este espectáculo, Jorge Cervantes, dijo que se busca acercar al público infantil a otras formas de entretenimiento, como la ópera. Y aunque Canita conoce a Coquín, no es una ópera, sino “un concierto didáctico”, se pretende que este acercamiento de los menores sea divertido y conozcan parte de lo que sucede en una ópera.   Además de Cervantes en el papel de “Coquín”, actúa la reconocida mezzosoprano mexicana, Encarnación Vázquez “Canita” y el guion del musicólogo Francisco Méndez Padilla, este montaje no sólo es un acercamiento a la ópera, sino que a través de dinámicas teatrales, musicales e incluso hasta de magia, permiten a los niños un comunión con el escenario.   Explica que “sin darse cuenta, los niños asisten a un concierto formal de ópera; escuchan cinco arias de ópera de distintos autores, en distintos idiomas, pero también les hablamos de que en México hay compositores que hacen ópera, que hacen canciones de concierto, como Manuel M. Ponce, Silvestre Revueltas”.   Este espectáculo, recuerda, surgió hace ocho años, cuando a la maestra Encarnación Vázquez la invitaron a dar un concierto para niños, por lo que le pidió ayuda al productor del espectáculo, quien recomendó al propio Jorge Cervantes y desde la primera función se fue creando el espectáculo.   Reconoció que aunque hay poca producción es este tipo de espectáculos para niños, se existe un repertorio que incluso se demuestra en el estreno dentro del programa “Niños a la Ópera” de un espectáculo que se presentó hace un mes en Chihuahua “Caperucita” de Jonathan Dove.   “Lo que nos interesa mucho y por lo que se crea este programa de Niños, manos a la ópera, es para fomentar nuevos públicos, y nos interesa mucho traer a los niños, que sepan que la ópera no es esa elite, no es una parte separada, sino que es divertida y también está al alcance de todos”.   “Es importante darles a los niños otras opciones; no los vamos a cambiar, sabemos que ahora los educa la televisión, pero nosotros en el teatro lo que queremos hacer es competir, a través de la imaginación”, puntualizó Cervantes.   En tanto, Juan Antonio de Alba, coordinador del programa “Niños, manos a la ópera”, dijo que con este espectáculo se busca fomentar el interés de los pequeños por esta expresión en un ambiente de fiesta y participación.   “Nos interesa que los niños sepan que la ópera no es un espectáculo de élite, sino que conozcan su rostro divertido y que sus contenidos están al alcance de todos, lo cual permite que en familia los pequeños pasen un momento muy agradable”, estima el coordinador.   Como concierto didáctico, “Canita conoce a Coquín” permite el acercamiento de los niños al mundo de la escena, por ello en este espectáculo se combina la música, el baile, el teatro, la arquitectura y la magia.   “Lo que nos interesa es la formación del público y que vea que la ópera no es esa parte, no existe esa barrera y que es un espacio para que los niños y sus familias puedan disfrutarla, por ello mantenemos vivo este programa -Niños, manos a la ópera- porque buscamos que los niños sepan, vean, conozcan y disfruten de este espectáculo”.   Recordó que desde 2007, el Instituto Nacional de Bellas Artes, creó el programa “Niños, manos a la ópera”, que tiene como objetivo primordial propiciar el acercamiento y sensibilización, principalmente de los niños, a una de las manifestaciones artísticas más completas como lo es la ópera, que conjunta entre otras cosas al canto, la literatura, la música, la danza y el teatro.   Ambos comentaron que en las tres giras que han realizado por el país en estos ocho años, han confirmado la aceptación de los pequeños por esta propuesta escénica. “los niños tienen siempre una reacción favorable, incluso salen tarareando las arias que canta la maestra, lo cual confirma la capacidad que los menores tienen para identificarse con la música.