Oaxaca.-La lengua maya, la expresión más viva y a la vez más amenazada de esta cultura indígena, es el eje de la 4ª Mesa Redonda del Mayab organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que dio inicio a su programa compuesto de 52 ponencias en las que alrededor de 60 investigadores, nacionales y extranjeros, abordarán desde los documentos epigráficos dejados por los mayas antiguos, a los retos por mantener la vitalidad de este idioma.
Los datos son contundentes, la maayat’aan, lengua hablada en la península de Yucatán, constituye la agrupación lingüística maya con el mayor número de hablantes en México: alrededor de 750 mil personas se comunican en su cotidianeidad en esta variante, una de las 43 variantes del maya habladas por una veintena de agrupaciones, señaló José María Muñoz Bonilla, coordinador nacional de Centros INAH, al participar en la inauguración de este encuentro académico que se enmarca en el Festival Internacional de la Cultura Maya.
En la apertura de este evento, por parte de Rolando Zapata Bello, gobernador de Yucatán, se hizo la entrega de la Medalla Yuri Knórosov al mérito académico a dos grandes especialistas del INAH, el arqueólogo Peter J. Schmidt, que con una trayectoria de más de 40 años ha revelado secretos de urbes como Calakmul y, fundamentalmente, Chichén Itzá, y el lingüista Fidencio Briceño Chel, quien además de su compromiso en la formación de cuadros para la enseñanza del maya, ha traducido textos fundamentales para que este pueblo se sepa sujeto de derecho.
En representación de Diego Prieto, secretario técnico y encargado de la Dirección General del INAH, José María Muñoz Bonilla reconoció la entrega de ambos expertos: “Sus relevantes trayectorias académicas, en el estudio, investigación y defensa de la cultura maya, los hacen merecer nuestro mayor reconocimiento y agradecimiento por sus aportaciones”.
Al ahondar en el tema de la 4ª Mesa Redonda del Mayab: “El lenguaje entre los mayas”, destacó la labor que se ha hecho en el seno del Centro INAH Yucatán para traducir obras de valía como el Póopol Wuuj o aquellas de carácter jurídico —traducidas por Fidencio Briceño— como la Ley General de Derecho Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, y las constitucionales del Estado de Yucatán y de los Estados Unidos Mexicanos.
Sin duda —dijo—, el avance en las investigaciones interdisciplinarias y los múltiples intercambios académicos de los especialistas del INAH, han redundado en que los trabajos de investigación se acerquen cada vez más a la cultura, la lengua y el pensamiento maya. “La lengua maya es una historia que habla. No es un pasado sino un presente, un aquí y un ahora, una historia viva en construcción y desarrollo”.
La Mesa Redonda del Mayab tendrá lugar hasta el 22 de octubre en el Gran Museo Maya de la Ciudad de Mérida, Yucatán, con ponencias de expertos, varios de ellos hablantes de chol, chuj, k’iche’, mam y maya peninsular, divididas en siete líneas: Los mayahablantes en la sociedad contemporánea, la literatura contemporánea en esta lengua, su desarrollo histórico, avances en los estudios epigráficos; lenguaje, iconografía y simbolismo en la arqueología y etnografía maya, por citar algunas.
Tras recibir la Medalla Yuri Knórosov, alternando su lengua materna y el español, el antropólogo, lingüista y traductor, Fidencio Briceño hizo un llamado a emprender una campaña de refuncionalización lingüística del maya, pues si bien es la más hablada dentro de las variantes de lenguas indígena del país, es notoria la disminución en la cantidad de jóvenes que la usan y también decrece la cantidad de niños que la saben.
“En los últimos 30 años en que he puesto empeño en trabajar y llevar la enseñanza de la lengua maya hasta donde haya necesidad de hacerla escuchar, he visto personas que todavía sienten vergüenza de decirse, mostrarse y aceptarse como mayas, ¿y cómo no?, si aún hoy siguen siendo vulnerados, señalados, despreciados por el sólo hecho de ser indígenas.
“Aunque existe la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, mucha gente no la conoce, hay autoridades que no lo saben e instituciones que prefieren no saber de su existencia. Con el sólo hecho de defenderla y hacer uso de ella estaríamos dándole su lugar, fuerza y alma a nuestras lenguas indígenas, entre ellas la lengua maya”, expresó el investigador del Centro INAH Yucatán.
Briceño Chel dijo ante los asistentes —muchos de ellos mayahablantes—, que las políticas públicas deben convertirse en políticas de Estado, aplicando las leyes existentes y escuchando la voz del pueblo maya, además debería promoverse la Ley para la protección de los derechos de la comunidad maya del estado de Yucatán y también la creación de un instituto estatal de las lenguas mayas, el cual representa “una deuda histórica y una responsabilidad que nos toca, y no estoy dispuesto a que a estas alturas de mi vida eso no se lleve a cabo”.
Durante una conferencia magistral, previa a la inauguración de la Mesa Redonda del Mayab, el colega de Fidencio Briceño, el lingüista José Luis Moctezuma Zamarrón, del Centro INAH Sonora, también se pronunció para que la oralidad vuelva a tener un peso fundamental como instrumento de revitalización de las lenguas indígenas de México, porque tiene que ver con las competencias comunicativas que los grupos desarrollan en los ámbitos cultural y social. “Aun en la escuela se requiere la oralidad más allá de la escritura, que no ha pasado de la enseñanza del alfabeto en muchos lugares”.