Arte clásico y mesoamericano, unido por el “color divino”
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Oaxaca.-Una destacada selección de objetos policromados de culturas del México antiguo, como la olla mexica con el rostro del dios Tláloc, el atlante polícromo de Tula o el Dintel 43 de la ciudad maya de Yaxchilán, entre muchos otros se presentan en el Museo del Palacio de Bellas Artes para enriquecer la exposición El color de los Dioses. Policromía en la Antigüedad clásica y Mesoamérica.
Inaugurada por el secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa, y por el embajador de Alemania en México, Viktor Elbling, la muestra cuenta con una destacada participación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de los museos nacionales de Antropología (MNA), del Virreinato (MNV) y del Museo del Templo Mayor (MTM).
Junto con el Museo de Antropología de Xalapa (MAX), los citados recintos aportan 52 reliquias (originales y reproducciones) cuyo denominador común es la representación de alguna deidad por medio del color, tema que fue destacado en el acto de apertura, en la que también estuvieron el secretario técnico y encargado de la Dirección General del INAH, Diego Prieto Hernández, y el director del MNA, Antonio Saborit.
Durante su intervención, Rafael Tovar y de Teresa destacó que uno de los distintivos para el montaje en México de esta galería de esculturas grecorromanas, que tras recorrer 23 países se asienta por primera ocasión en América Latina, es el diálogo artístico y científico que gracias a la participación del INAH, se establece con el patrimonio escultórico prehispánico.
“Saber que las obras de arte que asumíamos carentes de color, en realidad estaban llenas de él en su estética y simbolismo, nos permite tener los elementos para entender mejor tanto la antigüedad clásica como nuestro propio y vasto legado mesoamericano”, declaró Tovar y de Teresa.
Posteriormente, los miembros del presídium, así como representantes del Städel Museum y el Liebieghaus Skulpturen Sammlung de Fráncfort, de donde provienen las 66 piezas europeas que se exhiben, fueron guiados por los arqueólogos Vinzenz Brinkmann, de la fundación Stiftung Archäologie, y Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor (PTM), por los distintos salones que componen la exposición.
En estas salas se pueden encontrar, además de réplicas de famosas esculturas mexicas como los monolitos de Coyolxauhqui y Tlaltecuhtli (esta última realizada con las más modernas técnicas de medición láser y modelado en 3D), piezas originales como los cuatro cetros serpentiformes de madera, encontrados en 2011 en las inmediaciones del Templo Mayor, los cuales lucen aún evidencias de color azul y negro.
Otro diálogo importante se establece entre la efigie de Artemisa, numen de la juventud para los griegos, y la Cihuatéotl, representante de una mujer muerta en el parto, personaje que en la cosmovisión totonaca adquiría el estatus de diosa; esta escultura prehispánica, proveniente del MAX, visita por primera vez la Ciudad de México.
El color de los Dioses. Policromía en la Antigüedad clásica y Mesoamérica, podrá visitarse hasta el 8 de enero de 2017, de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas. El costo es de 60 pesos, excepto estudiantes, maestros, pensionados, personas con discapacidad, menores de 13 años y mayores de 60 años. Los domingos la entrada es libre al Museo del Palacio de Bellas Artes (Av. Juárez, esq. Eje Central).