En ese tenor, el organismo también pidió evitar que se perjudique la calidad y las condiciones de vida de los oaxaqueños, en particular de los sectores menos favorecidos de la sociedad.
Señaló que el legítimo ejercicio de los derechos de libertad de expresión y a la protesta pacífica, "no puede realizarse afectando derechos de terceros como serían los relativos al tránsito y a la movilidad.
"Ni buscar supeditar el que la sociedad oaxaqueña pueda gozar de sus condiciones normales de subsistencia y convivencia, al cumplimiento de una agenda política o a la satisfacción de intereses particulares", expuso en un comunicado.
La CNDH enfatizó que el punto de partida para la exigencia de cualquier derecho es el respeto a los derechos de los demás, así como el cumplimiento y la observancia de la ley.
El entorno que el país requiere para que prospere el diálogo y la construcción de acuerdos, abundó, no se fortalece ni se hace más propicio al afectar o condicionar el goce y ejercicio de los derechos de las personas.
"México demanda de todas y todos sus habitantes solidaridad y compromiso social, además de respeto a los derechos humanos y al marco normativo, como la única opción viable para superar nuestra problemática actual", puntualizó.