Ciudadania Express
Lunes 29 de febrero, 2016. 03:09 pm

Crónica de Santa Maria Chimalapa enriquece la bibliografía sobre la cultura Zoque

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INAH Oaxaca.-El recuerdo de esa gente me hace llorar”, comenta el profesor Carlos Muñoz Muñoz, autor de Crónica de Santa María Chimalapa, al rememorar los años 1961 y 1965, periodo en el que además de trabajar en la alfabetización de un pequeño grupo de niños zoques del oriente del estado de Oaxaca, compartió su vida cotidiana “un poco con un pie en el pasado remoto, de antes de Hernán Cortés, y otro pie en el presente”.  El conocimiento ancestral que el pueblo compartió con él, se convirtió en notas y apuntes cotidianos que dieron paso a un relato del tiempo de este grupo social. Además del emotivo recuerdo de la vida en la selva y el vínculo con la población de Santa María, el cronista celebra la reciente reedición de su texto bajo el sello académico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que fue presentado este viernes en la XXXVII Feria Internacional del Libro de Minería, en compañía del responsable de la nueva publicación, el etnólogo Leopoldo Trejo Barrientos. Adscrito a la Subdirección de Etnografía del Museo Nacional de Antropología, el maestro Trejo  conoció el escrito a partir del proyecto de investigación que realiza desde 2000 sobre la cultura ‘angpøn, término con el que los zoques se nombran a sí mismos en su lengua originaria. Aunque varios estudios y tesis abordan el problema agrario de la región,  es poca la bibliografía que hay sobre este pueblo. A partir del proyecto que encabeza Leopoldo Trejo, se han podido recuperar textos etnográficos que están conformando una bibliografía básica sobre la localidad.  Al corpus documental, en el que se incluyen Los que hablan la lengua. Etnografía de los zoques de Oaxaca (Trejo, INAH, 2004) y Los zoques de Oaxaca. Un viaje por los Chimalapas (Trejo y Alonso, coord., INAH, 2008), se suma la narración del maestro Muñoz, que contiene apuntes históricos, geográficos y etnográficos que el lector especializado encontrará como un sólido punto de partida para futuras investigaciones. foto_homeLa primera edición de Crónica de Santa María Chimalapa fue financiada por el propio autor en 1977.  En aquel tiempo, explica el etnólogo, este libro resultaba ser ingenuo pues aunque hay un esfuerzo por entender la historia no presentaba un análisis antropológico de la etnia. La apreciación cambia ahora, “porque hoy en día encontramos que es el único texto que contiene información de los zoques oaxaqueños de hace 50 años, de modo que el tiempo ha valorado el trabajo aquí invertido”. Leopoldo Trejo, autor del estudio introductorio de la segunda edición,  comparte que el libro cuenta además con un trabajo narrativo muy bien escrito.  Santa María es uno de los dos municipios que junto con San Miguel, conforma la región de Los Chimalapas, hogar del pueblo zoque oaxaqueño en las inmediaciones del Istmo de Tehuantepec. Ahí llegó el maestro Carlos Muñoz en 1961, en uno de los tantos viajes que realizó alrededor del país. De personalidad aventurera y curiosa, el duranguense trabajó como docente con los también llamados chimas; esta actividad le permitió un intercambio recíproco de enseñanza-aprendizaje, motivo por el cual regresó en 1965 con la intención de realizar un estudio monográfico. Muñoz relata que loschimalapas le enseñaron una sabiduría “que provenía de una cultura antigua, de antes de los españoles”. Crónica de Santa María Chimalapa consta de dos partes. La primera es un diario en el que Carlos Muñoz narra los sucesos personales vividos en 1961 y 1965, a través de un relato con matices periodísticos sobre las personas y los acontecimientos que tuvieron lugar durante su estancia. La segunda parte, en cambio, se acerca más a los parámetros con los que se trabaja la monografía etnográfica. Se divide en tres apartados, denominados apuntes históricos, folklóricos y geográficos, el primero describe los sucesos más relevantes de Santa María Chimalapa en un riguroso orden cronológico, desde la prehistoria hasta los años recientes. Después aborda su cosmovisión y los vocablos en lengua ‘angpøn con que se nombran a los integrantes de la familia, los animales y las plantas, y cómo todos estos elementos mostraban un modo de relación único entre el pueblo zoque y su entorno natural y social. El último apartado contiene ilustraciones realizadas por Jaime Muñoz, hermano del profesor  Carlos Muñoz, que muestran la ubicación, ríos, clima, flora y fauna, así como características sociales y económicas de este poblado. En una reflexión personal y poética, el profesor Muñoz también comparte con el lector el factor atemporal de la vida en esta región istmeña, un vivir y no vivir —dice él—, donde su mente “es como un náufrago a salvo en esta isla engullida por la selva; en este aislamiento donde se siente que el mundo exterior, que Juchitán y Matías Romero, están a una distancia infinita”.
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