Cancún.- Todo es desolación un día después de que trascabos, resguardados por vallas de metal y granaderos de la Policía Preventiva Municipal (PPM) entraron a malecón Tajamar para devastar mangle y selva, donde serán levantados plazas comerciales y edificios de departamentos. El viento frío llega como invitado inesperado, pero el sol está en todo su esplendor en una ciudad que apenas se empieza a reponer de la fiesta del sábado. Inicia el día y una pareja de corredores, con sus trajes de poliester de colores fluorescentes, ven impedida su rutina de ejercicio en Tajamar, colindante al sistema lagunar Nichupté; las vallas y los policías les impiden el acceso. No hay explicaciones. Activistas colocaron una mesa frente a la entrada principal de Tajamar para recabar firmas “contra el ecocodio”. “¿Gustan pasar a firmar?”, invitó una activista a la pareja de runners. “Claro”, respondieron aún confundidos por la presencia de vallas y policías. De acuerdo con activistas que manejan en Facebook la página ‘Salvemos Manglar Tajamar’, en menos de dos días ya devastaron más del 90 por ciento de todo el manglar. El acceso continúa cerrado con la vigilancia de la policía. Los granaderos no son los únicos que custodian Tajamar. También la Dirección de Tránsito montó un operativo para impedir que vehículos se estacionaran frente a la mesa de los activistas. “Están intimidando a la gente para que no firme”, denunció uno de los abogados. Apoyada, frente a las vallas, una mujer observa la destrucción de la selva y el mangle. “Ella es una de abogadas. Llevó el amparo”, afirmó uno de los activistas. Un juez federal otorgó en noviembre pasado la suspensión provisional contra el malecón Tajamar en favor de 113 niños que promovieron un amparo contra la devastación de manglar. El problema es que al mismo tiempo el juez fijó fianza de 21 millones para ratificar la suspensión de las obras. “No nos esperábamos esta acción tan cobarde”, señaló la abogada, madre de uno de los 113 menores que solicitaron el amparo. “Quitaron la suspensión y entraron”, lamentó. Pero más frustración y enojo le provoca que el ayuntamiento local haya cedido policías para “proteger” la devastación. “Es como que se metan a robar a tu casa y policías ayuden a los ladrones”, comentó. Y se cuestionó: “¿Qué le digo a mi hija? Que no pude hacer nada, que en México la ley no vale”. Conforme avanza la mañana, más y más ciudadanos llegan a firmar. La respuesta de los cancunenses crece. El número de automóviles y firmante supera al de las patrullas y los agentes de Tránsito. La autoridad finalmente cede y permite que se estacionen frente a la mesa. El activista Leonardo Kumul indicó que con el respaldo de las firmas buscan emprender dos acciones legales. La primera es presentar un amparo por el derecho del libre tránsito porque se impide a los ciudadanos el acceso a las calles interiores del malecón Tajamar. Y el segundo es reunir firmas para interponer una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ante el aviso de las autoridades que participan en la destrucción del entorno natural de Cancún. Pero, además, advierte que el amparo presentado por 113 niños aún no se resuelve en el fondo, aunque reconoce que cuando se emita el fallo será demasiado tarde. También mencionó que hay una denuncia en la PGR desde septiembre del año pasado por daño a especies protegidas, “pero no ha caminado”. Una de las activistas agregó: También vamos solicitar juicio político contra Paul Carrillo de Cáceres, presidente municipal de Benito Juárez. Fotografías en las que se muestra que uno de los trascabos usados para devastar el manglar es de la Dirección de Obras Públicas del ayuntamiento local. USAN TRASCABO DE LA COMUNA EN DEVASTACIÓN Por otra parte, en un breve comunicado, el vocero municipal de Morena Gerardo García dio a conocer fotografías en las que muestra que uno de los trascabos usados para devastar el manglar es de la Dirección Municipal de Obras Públicas. El operativo de estado para devastar el manglar incluyó granaderos, oficiales de Tránsito y hasta policías judiciales. La Unidad de Vocero envió fotógrafos y camarógrafos que se hacen pasar por reporteros pero espían los movimientos de los activistas. Información en tiempo real. Toman fotos y graban video y de inmediato con una laptop la información es enviada. Pero frente a la desolación en Tajamar, hay voces de esperanza: “Esto está creciendo. Cada viene más gente”, dijo uno de los activistas. (Fuente: Proceso)