Carolina Quezada
Oaxaca.- En la última conmemoración del 206 aniversario de la Independencia de México de su mandato, el gobernador Gabino Cué Monteagudo incluyó en el tradicional Grito del 15 de septiembre, una consigna inusual: “Viva la educación de calidad para niñas y los niños de Oaxaca, No más actitudes que lastimen a Oaxaca, Viva México, viva Oaxaca” como un reviere a la evidente provocación magisterial.
El enfrentamiento con policías estatales, buscado por docentes y grupos de violento radicalismo tras la marcha convocada por la dirigencia política de la Sección 22 para retomar el zócalo de la ciudad, hizo un contraste dramático entre el primer Grito del gobierno del cambio prometido por Gabino Cué y el último de su sexenio.
Ante los pocos cientos que quedaron en la plaza del zócalo, luego de que se logrará repeler la ancestral agresión de quienes dicen defender la educación del pueblo, Gabino Cué moduló la voz en tono diferente, s, cuando entre firmeza gritona arengaba los vivas para” los héroes que dieron patria y libertad”.
Su rostro era tenso, sin la sonrisa de aquel 15 de septiembre del 2011 cuando el pueblo se había rendido a sus promesas de llevar a Oaxaca a “la paz y el progreso”.
Los balcones del palacio de Gobierno que en los cuatro años anteriores lucieron repleto de invitados especiales y de funcionarios con sus familias, ahora estaban semidesiertos.
La tregua de privilegios y prebendas con la Sección 22 se había rotó desde hace dos años, cuando Cué Monteagudo anunció la recuperación de la rectoría de la educación e inició la implementación de la reforma educativa en Oaxaca y por eso, en venganza, el magisterio no lo iba a dejar que se fuera del gobierno sin al menos un desaguisado durante las fiestas patrias.
Aunque abajo se infiltraron normalistas, maestros y miembros de grupos radicales que gritaban “asesino, asesino”, el operativo para mantener a raya las protestas, dio resultado con laberintos de vallas, policías vestidos de civil ocupando las zonas más cercanas a palacio y un equipo potente de sonido a lo máximo de decibeles.
Aun antes de que se registrara el incidente, familias y turismo comenzaba a llegar al zócalo de la ciudad, unos para escuchar el grito y otros para disfrutar una cena desde las mesas reservadas en los restaurantes localizados en los portales de
Los Mercaderes hoy Benito Juárez, de Las Flores y de Claverías.
Sin embargo, llegó la Sección 22 y todo el fervor patrio se apagó.
Este 2016, cuando quedan apenas dos meses y medio para regresar el gobierno al Partido Revolucionario Institucional, en este acto masivo, a Gabino Cué se le notó también apesadumbrado, aun cuando al terminar la ceremonia oficial del Grito, sus funcionarios con lisonjas lo apapachaban, pese a que muchos de ellos, ya mueven hilos para quedarse en el gobierno muratista.
El Salón de Gobernadores olía a traición, desgano y nostalgia de poder de muchos que quienes acompañaron a Cue Monteagudo en la aventura fallida de la transición democrática para Oaxaca.