Ciudad de México.- Las coreografías ganadoras del Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga en su edición XXXV fueron presentadas en una gala que se llevó a cabo en el Palacio de Bellas Artes. El premio, convocado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) para reconocer la creación coreográfica contemporánea correspondió en este 2016 a Raúl Tamez y la pieza
El mágico teatro de la muerte.
En la propuesta realizada con música electrónica, cuatro personajes viven sus últimas horas en un cabaret, del cual ya no pueden salir, aunque las puertas están abiertas. La noche los protege, el tiempo poco a poco se consume y por momentos los protagonistas disfrutan del trance de la situación.
Asimismo se presentó el montaje escénico
Ítaca–equis y no X, de Laura Vera, que obtuvo Mención Especial por parte del jurado de este premio, que además reconoció a Geovanni Pérez con el Premio a Mejor Intérprete Masculino de este galardón que lleva el nombre de Guillermo Arriaga.
Creada a partir de entrevistas hechas a migrantes indocumentados en la ciudad de Oaxaca,
Ítaca está signada por la interacción entre música y danza que elude la literalidad de lo anecdótico para internarse en territorios distantes de los lenguajes cotidianos.
En la Gala del Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga los asistentes también disfrutaron de la propuesta
Teorías duplicadas, de Erika Méndez, que quedó entre las piezas finalistas.
Esta coreografía basada en la teoría de los fractales y la creación de la realidad, a partir de la intención mental sobre éstos, muestra la poderosa sutileza de los pensamientos que mueven todo para crear al universo.
Se trata de tres innovadoras propuestas coreográficas que exaltan el poder expresivo del cuerpo y un ferviente compromiso por la calidad del acto creativo.
Con esta gala, que además de la obra ganadora incluyó dos piezas seleccionadas por el Jurado, el Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga a 35 años de existencia refrenda su compromiso con la creación coreográfica, como una ventana de proyección para las nuevas propuestas, tanto de coreógrafos consolidados como emergentes.