Oaxaca.- Son el crisol de donde surgen las artes. Con sus conocimientos y sensibilidad han forjado en muchas generaciones el amor a crear y aunque no tienen en el medio docente el reconocimiento que merecen, las y  los maestros de educación artística deben ser objeto de  admiración de la sociedad.   Al conmemorarse el Día del Maestro,  se  reconoce también a quienes  en las comunidades comparten conocimientos heredados por generaciones en la música, las artes populares, la danza, el teatro, en la tradición toda.   A quienes en colonias o barrios promueven la cultura con talleres, cursos, presentaciones, pero sobre todo a quienes forman esos grupos, que con esfuerzo acompañan esas iniciativas, vaya el reconocimiento de una sociedad más sensible, más preparada y exigente de expresiones cada vez de mayor calidad.   Sin duda, un epicentro de esta iniciación en el mundo del arte, es  la Casa de la Cultura Oaxaqueña (CCO), que a lo largo de 45 años ha formado generaciones de pequeños que hoy son primeros atriles de orquestas en el país y el extranjero, lo mismo que reconocidos pintores, actores y bailarines que transpiraron el arte entre los muros del  ex convento del siglo XVIII.   Desde edades muy tempranas, tienen la guía de la maestra, del maestro que pacientes no sólo comparten sus conocimientos, sino que han sido ejemplo de sus carreras en diferentes áreas, pero ante todo, de quienes continuaron sus estudios profesionales en alguna de las disciplinas artísticas.   El maestro de las Unidades de Iniciación Artística de la CCO, José Manuel Morales considera que “la educación artista es algo trascendental por el hecho de darles un granito de arena a las nuevas generaciones y compartirles los conocimientos como las habilidades, adentrar a los pequeños un poco a la actividad del arte, pues nos interesa que estén en constante aprendizaje”.   Rodeado de niñas y niños que acuden a aprender teatro, artes plásticas, música, danza, cine, literatura y ajedrez, se siente pleno en su enseñanza: “Es una labor que resulta bastante agradable y satisfactorio como se ve en mis compañeros que están entregados totalmente con su trabajo; No hay palabras para decir que los chicos se van divertidos, contentos y además ap4rendiendo muchas disciplinas”.   De igual forma, Ángel García, quien lleva más de dos décadas enseñando la cerámica, refiere: “Para mí, transmitir el conocimiento a los peques, es una cosa muy maravillosa porque aprenden muy rápido y se divierten trabajando con materiales como el barro”.   En el taller en que madres y padres de familia conviven en torno a la cerámica, el decano maestro les enseña diversas técnicas que inician con el modelado y donde los niños no sólo incitan a su creatividad, sino que además los relaja y ayuda en su desarrollo.   Otro ejemplo, es el bailarín o coreógrafo, Gerardo Ibáñez, maestro de Danza Contemporánea y fundador de la Muestra Internacional de Danza de Oaxaca (MIDO), quien ha formado a varias generaciones de talentosos bailarines, considera que “la educación artística en general, es el complemento de una educación formal para todo individuo, pues todos tienen derecho a eso y finalmente la función del arte es formar a gente pensante, con propuestas positivas”.   De igual forma el maestro de Guitarra Clásica, José Manuel Vidal visualiza su trabajo como “una satisfacción muy grande porque han habido generaciones de alumnos muy destacados, pues a los largo de 23 años de enseñanza; han alumnos que han sobresalido y se han dedicado a la guitarra clásica de manera profesional”   “Creo que es algo importante, sobre todo si como padres de familia nos damos cuenta que nuestros hijos les interesa y podamos detectar que tienen un talento especial”.   También formadora de bailarinas, profesionales, es la maestra de Ballet Clásico, América Escalera quien considera que de su disciplina hay enseñanzas “una de ellas es la disciplina que te da la danza, la pasión que tienes por aprender cosas, la entrega que haces cada día y muchas cosas más que te deja para toda la vida”.   Sobre su trabajo de enseñanza, comenta sonriente: “Es un orgullo, tengo alumnas que ya están en la Escuela Nacional de Danza, algunos por graduarse, lo cual es un verdadero orgullo saber que el camino que uno inició con ellos sigue, que para ellos también es algo pleno en su vida, que les da todas las satisfacciones que quieran y no necesitaron de una carrera tradicional para poder llenar ese hueco que sus familiares pedían de ser profesionistas”.       Un reconocimiento a los maestros del Taller Rufino Tamayo y sus talleres comunitarios, del Museo Estatal de Arte Popular de Oaxaca, en todas las Casas de la Cultura y Casas del pueblo en el estado, a quienes en sus talleres o aulas en ciudades, barrios o comunidades, introducen y seducen hacia el arte a miles de niños y jóvenes oaxaqueños, promesas de nuestro futuro