Ciudad de México.- Entre cuecas, huaynos, chilenas, sones, pirecuas, zambas y plenas, Los Folkloristas celebraron su trayectoria de 50 años en un concierto en el Palacio de Bellas Artes con todo el folclor latinoamericano, la noche de este sábado 10 de septiembre.
Luego de casi tres horas de recital, el público se entregó al ritmo que Los Folkloristas imprimieron en la interpretación de más de 20 piezas de música popular de México, Bolivia, Venezuela, Panamá, Argentina, Brasil, Chile y Puerto Rico, en la presentación que fue coronada con una ovación de pie.
Olga Alanís, Valeria Rojas, Sergio Ordoñez, Omar Valdez, Enrique Hernández, Diego Ávila y José Ávila, los actuales integrantes de la agrupación, presentaron un programa que incluyó piezas emblemáticas de la región y de su repertorio, como
El cóndor pasa, tema peruano que Los Folkloristas grabaron en 1966.
Ellos, ataviados con jorongos y ellas, con falda negra y blusas típicas de las diversas regiones de América Latina, tuvieron en el escenario un gran set de instrumentos, con una amplia variedad de guitarras, jaranas, marimbas, arpas, violines, teponaztles, quijadas, sonajas, maracas y hasta acordeones.
Con piezas como
La Sanlorencina de Bolivia,
Canto de la mañana, de Venezuela,
El cóndor pasa de Perú y
El negro chimeco de México, dio inició este festejo que fue transmitido en vivo a través de la pantalla gigante colocada en el corredor Ángela Peralta, pero también vía
streaming y por la frecuencia de Radio Educación.
Con
Tamborito y tuna, danzas de Panamá del siglo XVII, llegó el sabor y el carnaval, luego los ánimos se calmaron con el canto cardenche, cuando Los Folkloristas contaron con la participación de Carlos y Emiliano Ávila para el tema
Madre mía de las Mercedes. La música continuó con
Cantos de pilón y luego la alegría del son puso a bailar a algunos con
El caimán.
“¡Qué viva el medio siglo de Los Folkloristas, sí señor!”, gritó alguien del público, mientras en el escenario sonaban capoeiras de Brasil y
Raíz viva de José Ávila, tema icónico de la agrupación, que recrea los sonidos de origen prehispánico a través de instrumentos como el tambor de agua, el raspador yaqui, el huéhuetl, el teponaztle, el caparazón de tortuga, la ocarina y la flauta de carrizo.
Con diminutos instrumentos, Los Folkloristas interpretaron
Tres danzas de tzacam-som y con la participación de ex folkloristas como Guillermina de Francisco, Rosalinda Reynoso, Sara Rosa Medina y Rosa Elena Domínguez, quien le puso el nombre a la agrupación, cantaron
Rosa de Castilla, para luego continuar con una pieza ancestral de su repertorio,
Paloma torcasita de Perú, que apareció en su primer disco de 1966, la cual dio paso a un popurrí de plenas, música de Puerto Rico que se toca con panderetas.
El son de arpa grande llegó con el tema
Las nahuas blancas de Tierra Caliente, también sonó el canto social de Julio Jaramillo con
Vientos del pueblo y después
Tierra mestiza de Gerardo Tamez, que contó con la participación del autor a 40 años de haber sido estrenada la pieza, también en el Palacio de Bellas Artes.
Todo se convirtió en una gran fiesta, pues con todos los invitados, entre ellos el percusionista Carlos Tovar, Rubén Ortiz en silla de ruedas y el vihuelero Efrén Parada, se interpretó
Nostalgias santiagueñas y
La paloma, pieza significativa de Chile que es símbolo de paz.
Los Folkloristas recibieron un reconocimiento por sus 50 años, y Diego Ávila confió en que este proyecto “dure otros 50 años” y ante la insistencia del público, la agrupación hizo un
encore, con
El coco, que puso de pie a todos los asistentes para ovacionar a Los Folkloristas, galardonados el año pasado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes.