El Cuarto Congreso Constitucional del Estado de Oaxaca decretó, el 16 de Diciembre de 1867, nombrar “Benemérito del Estado” al General Díaz, facultando al Poder Ejecutivo comprar una propiedad para entregársela como “testimonio de agradecimiento a sus servicios y sacrificios hechos en defensa de la Nación”, así como buscando “satisfacer en algún tanto a las necesidades de la familia y que sirviera de recreo para descansar de las fatigas de la guerra”, relató la autora ante el público presente.

Sobre esta circunstancia investigada en fuentes directas, y corroborada con trabajos técnicos-informativos actuales, surge la pregunta en torno al por qué después de haber servido como Gobernador Interino del Estado, como Diputado y como Jefe de la División de Oriente, el General no contaba con patrimonio familiar propio, sino que vivía en la medianía republicana, propia en aquel entonces del Servidor Público.

El General Díaz al aceptar esta donación, reconoce no tener fortuna económica, y manifiesta que “sólo había sido dueño de mi sangre y de mi brazo y ambas cosas han sido siempre del Estado”, evaluando así su carrera militar entre los años 1858 a 1867; por ello el Ilustre Matías Romero lo definió como “hombre valiente, patriota, honrado y modesto”.

Desde esta Hacienda- ubicada al sur de la capital oaxaqueña- en el año de 1871 el General Díaz lanzó “El Plan de la Noria” desconociendo al  presidente Benito Juárez, y convocando al pueblo a levantarse en armas bajo el lema “Menos Gobierno y más Libertades”, rebelión que si bien no fructificó marcaría la pauta para futuros éxitos que lo llevarían a la postre a ocupar la presidencia de la República, añadió Torres Ávila.

El Doctor Carlos Tello Díaz, historiador e investigador del CIALC- UNAM y uno de sus biógrafos más reconocidos, manifestó que las actas notariales, testimonios de prensa, los planos y la relación de hechos por los que transitó dicha propiedad, ofrecen luces sobre un periodo poco explorado por los investigadores en temas del porfiriato.

Además de dar pormenores sobre lo que contenía la Hacienda, este trabajo de investigación registra el intento de expropiarle su propiedad a un revolucionario, después de haberse rebelado contra el presidente Juárez, lo cual finalmente no ocurre debido a la muerte del hombre de Guelatao, recordó el estudioso.

Díaz se acogió a la amnistía del sucesor de Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada, que garantizaba respetar su grado militar y propiedades, por lo que salvó la Hacienda. Sin embargo, Díaz la arrienda posteriormente a Francisco Uriarte, su socio comercial, quien finalmente termina adquiriéndola, en octubre de 1873 por la cantidad de 15 mil pesos.

De su lado el Maestro  Francisco José Ruiz Cervantes recomendó ampliamente esta obra porque ofrece información en torno a las labores productivas de Díaz en la Noria, con documentos copia fiel del original y la transcripción para una fácil comprensión. Los mapas históricos de la época porfirista, facilitan la lectura pues define dónde comenzaba y terminaban las 40 hectáreas que tuvo La Noria, permitiendo la evocación del Oaxaca de entonces; asimismo, ofrece planos del Oaxaca actual, además de documentos y noticias que permiten evaluar su valor para la historia política y familiar de Díaz.

Después del fracaso de la rebelión de La Noria quienes han escrito sobre el vencedor de la Batalla de Miahuatlán, agregó el también director del Instituto de Investigaciones en Humanidades de la UABJO,  relatan que en sus últimos años de vida siempre suspiró por su casa de Oaxaca, donde Díaz pasó cinco años de su vida -ahí nacieron y murieron sus dos hijos Porfirio y Camilo-, durante los primeros años de su matrimonio con Delfina Ortega.

En representación del Gobernador Gabino Cué, acudió al evento celebrado en el Centro Cultural Santo Domingo, su Secretario Particular Moisés Bailón, quien en nombre del Gobierno del Estado felicitó a la autora por esta importante aportación sobre la vida del ilustre mexicano, militar y ex gobernante oaxaqueño.