Carolina Quezada
Oaxaca.- No es una simple obra de teatro, es la voz de miles de niños indígenas que viven en esta capital oaxaqueña. El grupo Bigüini Teatro, fue seleccionado para participar en el mes de julio en el Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano (ENTEPOLA) en Aguascalientes y aunque no cuentan con apoyo de particulares, fundaciones y menos de las instituciones de cultura, está decidido a ir este grupo de niños.
Surgido de los talleres de Teatro Indígena Urbano que coordina Alejandra López y opera Renata López Cristo en ADN Arte y Cultura, en dos años se formó un grupo de teatro con niños indígenas que sobreviven en esta ciudad.
La obra “De cómo se borra la memoria o de cómo Nagula Bua se va al cielo” es el resultado de las experiencias de niños de origen indígena, cuyas familias emigran a esta ciudad y paulatinamente, por la necesidad de sobrevivir van perdiendo su identidad.
Niños con diferentes oficios que pululan en las calles, empezaron a formar el grupo de teatro, pero fue más fuerte la necesidad de vivir que el de mantener su identidad, al ver muchos de sus padres como un negocio a sus hijos.
Una de las historias más suaves es que uno de los pequeños que integraron el grupo se tuvo que alejar, incluso de la escuela donde acudía cuando podía, pues su mamá se ausentaba y lo dejaba al cuidado de sus hermanitos, por lo que el pequeño tenía que cantar en camiones y hacer trabajitos para tener algo de dinero para darles de comer a sus hermanos.
Además, estos pequeños deben enfrentar la discriminación por su origen. Alejandra López apunta: “A los niños indígenas que vienen a radicar a la ciudad, lo que les urge es olvidarse de quien son y asumirse como de la ciudad porque les va mejor”.
“Lo primero que pierden es su lengua materna, ya no la hablan porque les da vergüenza, porque si la hablan le dicen que es un indio y muchos que fueron niños y ya formaron una familia, no hablan de sus raíces y con eso se pierde gran parte de la identidad que es lo único que nos une y nos fortalece como pueblo. Además de esa discriminación social, sufren de bullying en la escuela, pero más grave es la mirada de los padres que los ven como un negocio”.
Lo dice Nagula Bua
Durante mucho tiempo, en el proyecto de Teatro Indígena Urbano de ADN Arte y Cultura, exploraron la experiencia de los niños actores a partir de una pregunta: ¿Qué pasa cuando se pierde la memoria?.
Ante el forzado aislamiento de los niños indígenas a la escena, las coordinadoras de ADN decidieron abrir el montaje a niños de la ciudad y se plantearon conocer la visión que estos tienen de aquellos provenientes de las regiones del estado.
“Luego de este primer acercamiento con lo que sería Nagula –Abuela- Bua –nube-, nos dio la posibilidad de ver una manera en que el otro se puede incluir en su entorno, aunque sabemos que toda la modernidad está impactándoles”, comenta Renata Lopez Cristo.
Es cuando se integran Antonio Ramírez, Atzi Merino y Itaalandivi Cruz, pues Mateo López estuvo desde el inicio. Fue él quien escribió el cuento que daría forma a esta puesta en escena y que lo cuenta desde su pequeña voz:
“Son dos niños que viven en el monte y que son nahuales; tienen a una abuela, también nahuala que se llama Nagula Bua. Ella tiene que ir al cielo y ellos a la ciudad donde venden alebrijes igual que un señor llamado Rubén, pero los alebrijes de los niños tienen poderes, por lo que se venden más, lo que hace enojar a Don Rubén. Entonces uno de ellos pierde la memoria y con el poder de uno de los alebrijes logran recuperarla”.
A pesar de que esta puesta en escena se montó que recursos muy mínimos por la falta de financiamiento, destaca la actuación de los niños actores que se apoderan de sus personajes y nos hacen viajar con ellos, de igual forma que el contenido de este cuento teatralizado, donde es notoria la mano liberadora de Renata y la concepción de Alejandra que promueven el teatro para un sector tan marginado y tan callado.
Fue por ello que esta obra fue seleccionada para participar en el Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano (ENTEPOLA) en Aguascalientes que se llevará a cabo del jueves 21 al viernes 29 de julio próximos, siendo uno de los pocos que representará a México, pero sobre todo que es portadora de la preocupación que hay en Oaxaca ante la pérdida de la memoria y la identidad.
Dicho Encuentro que llega a su tercera edición, representa un espacio de encuentro artístico y surge como un interés del Municipio de Aguascalientes por promover la participación ciudadana y de la sociedad civil, en temas como: cohesión comunitaria, cultura de paz, modelos de convivencia comunitaria, prevención de violencia familiar, escolar y de género, que permitan la solución pacífica de los conflictos a través de actividades culturales.
Es de mencionarse que la Fundación ENTEPOLA, con una trayectoria de 30 años en el área, ha logrado consolidar un proyecto de trabajo que ahora goza de un reconocimiento no sólo en Sudamérica, sino en otras partes del mundo.
Esta organización, entre los requisitos de las obras que se propusieron, requisitaba que los grupos fueran representativos de una relación con su comunidad, en términos identitarios, de inclusión o participación social.