Fortino Torrentera O.
Oaxaca.- El teatro es una de las artes con mayor integración de otras disciplinas, por lo que si hablamos de que puede aglutinar otras artes, tiene un papel importante en los procesos de resiliencia como una herramienta para discutir, analizar y cuestionar situaciones cotidianas de nuestro entorno.
Así lo señaló el antropólogo, músico y actor, Guillermo Enrique Alonso, quien con más de 40 años de experiencia en el manejo de estos procesos, a apartir de este viernes imparte el segundo módulo titulado “Procesos de resiliencia y teatro” del diplomado “Teatro Popular para la intervención social” que imparte “Teatro en Movimiento” en la Biblioteca “Profesor Ventura”.
El experimentado instructor consideró que el teatro es una oportunidad de poder generar de manera integral una forma de comunicación y diálogo con las comunidades y donde consideramos la participación de la mal llamada palabra “espectador”, ya que en estos procesos no tendría que existir, pues de alguna manera todos construimos, lo cual es la esencia del teatro comunitario.
Una posibilidad de que el teatro pueda generar cohesión frente a la pobreza, desigualdad, pero sobre todo para reconstruir el tejido social para promover una forma colectiva de enfrentar las problemáticas que se detectan, apuntó.
Lo anterior “a fin de comprender que ante las amenazas actuales como la pobreza, la desigualdad y la violencia en nuestro país y el mundo, es necesario generar propuestas que fortalezcan el tejido social a través de acciones resilientes basadas en la creatividad y el arte”
“En el proceso de resiliencia el teatro nos es la única herramienta, pues desde el punto de vista comunitario no solo el lograr la superación, sino entender los cómos se logra, considerando elementos como la revitalización de la lengua y la cultura de los pueblos originarios, la generación de identidad, pertenencia, entre otros”.
Pero aclaró que: “Hay una tendencia de cuando hay una adversidad, se quiere volver a cómo se estaba antes y eso no es resilencia, sino cambiar ese proceso y transformarlo hacia algo diferente que no vuelva a ponernos en riesgo”.
Respecto a los retos que enfrenta el teatro frente al uso masivo de los medios tecnológicos, señaló que siempre habrá dificultades, por lo que habría que llevar el teatro donde está la gente, al espacio público y lo más importante es hacer partícipe a toda la sociedad de este proceso.
Ello, dijo, implica generar una poética basada en la gente, transformar un acto cotidiano en una escena artística, por ello el reto es acercarse a la gente, promover más estos procesos incluyentes y acompañantes de nuestra realidad.
Por ello, reconoció la importancia que existe en el acercamiento de las artes como una herramienta fundamental para el trabajo en las comunidades no solo para promover temas de desarrollo económico, sino también encontrar otros elementos esenciales para la convivencia social.
El objetivo de este módulo, detalló es aportar en este proceso de formación contenidos y técnicas relacionadas con el enfoque de la resiliencia a nivel individual y comunitario a través del teatro, por lo que se compartirán ideas para la compresión e importancia de la resiliencia comunitaria y el papel de la creatividad y el arte, al igual que el enfoque basado en los derechos humanos, los procesos interculturales, la perspectiva de género, el concepto del buen vivir, entre otros.
Guillermo Alonso es antropólogo, músico y actor; radicado en la ciudad de Mérida, Yucatán, cuenta con una Especialidad en Evaluación de proyectos Sociales por la Universidad Iberoamericana Santa Fe, México; es socio fundador y Coordinador General de Investigación y Educación Popular Autogestiva, además de contrar con amplia experiencia en intervenciones para la recuperación del tejido social en contextos escolares, de riesgos y desastres como las inundaciones de Tabasco (2007) y el Incendio de la Guardería ABC en Sonora (2009) entre otras
iniciativas, sociales, culturales y artísticas.
El experimentado instructor consideró que el teatro es una oportunidad de poder generar de manera integral una forma de comunicación y diálogo con las comunidades y donde consideramos la participación de la mal llamada palabra “espectador”, ya que en estos procesos no tendría que existir, pues de alguna manera todos construimos, lo cual es la esencia del teatro comunitario.
Una posibilidad de que el teatro pueda generar cohesión frente a la pobreza, desigualdad, pero sobre todo para reconstruir el tejido social para promover una forma colectiva de enfrentar las problemáticas que se detectan, apuntó.
Lo anterior “a fin de comprender que ante las amenazas actuales como la pobreza, la desigualdad y la violencia en nuestro país y el mundo, es necesario generar propuestas que fortalezcan el tejido social a través de acciones resilientes basadas en la creatividad y el arte”
“En el proceso de resiliencia el teatro nos es la única herramienta, pues desde el punto de vista comunitario no solo el lograr la superación, sino entender los cómos se logra, considerando elementos como la revitalización de la lengua y la cultura de los pueblos originarios, la generación de identidad, pertenencia, entre otros”.
