El análisis se realizó a partir de la extracción de una muestra de tejido cerebral 24 horas después de la muerte.
Nicolini dijo también que el uso de sustancias adictivas como el alcohol y las drogas elevan el riesgo de suicidio hasta 10 y 14 veces más, respectivamente.
Los cerebros suicidas estudiados fueron subdivididos "en aquellos que tenían diagnóstico concomitante a abuso de alcohol y drogas y que además salieron positivos en el momento del suicidio".
Otros factores que influyen en el suicidio, además de las sustancias adictivas, son las situaciones de estrés y adversas al medio ambiente.
La ancestría también influye en la disposición genética del mexicano, observándose una predisposición a la bipolaridad y al suicidio en personas con mayor ascendencia europea.
Por el contrario, la esquizofrenia es más propensa en personas en las que predominan genes indígenas.
Una de las posibilidades que abre la investigación es el "focalizar mucho más los recursos y, en lugar de hacer campañas de prevención un tanto diluidas a toda la población", dirigirlas a los individuos que presenten riesgo.
"El saber quiénes en la población tienen tendencia al suicidio y de los que intentan el suicidio, quiénes son los de más peligro, que realmente pueden llegar a consumarlo, ahí es donde estas tecnologías genómicas nos pueden ayudar a tener a tener una mejor definición", aseveró el médico.