Oaxaca.-Hoy se cumple el centenario del natalicio de Dámaso Pérez Prado. El pianista, compositor y arreglista cubano, internacionalmente conocido como “el Rey del Mambo”.
Habiendo desarrollado la mayor parte de su carrera en México, es de los numerosos artistas de la diáspora al que los mandamases de la cultura oficial prefieren soslayar.
En México, Pérez Prado creó su propia orquesta, que se hizo muy popular y donde por un tiempo cantaría Benny Moré.
Pérez Prado, influenciado por la música del norteamericano Stan Kenton, le incorporó saxofones y trombones a su conjunto, a la manera del jazz bands, y con su órgano, le imprimió al mambo un sello muy peculiar.
Sus piezas de mambo fueron tantas, que luego de “Qué rico el mambo”, de 1949, a muchas no les dio nombres, sino números, siendo la más conocida Mambo número cinco.
Otra de las piezas más populares de Pérez Prado fue Patricia, que fue utilizada en 1960 por Fellini para La dolce vita (La dulce vida), aquella película que escandalizó tanto a algunos comisarios culturales.
Pérez Prado murió en México el 14 de septiembre de 1989.
Además de poner a bailar el mambo a medio mundo, Pérez Prado ha influido a salseros como Tito Puente, al guitarrista Carlos Santana y a varias generaciones de músicos cubanos, incluidos los más destacados intérpretes de la llamada timba en los últimos 30 años.