Oaxaca.- Se tardaron más de 55 años, pero por fin los Astros de Houston obtuvieron su primer título de Grandes Ligas, al vencer en 5-1 a los Dodgers en el Juego 7 de la Serie Mundial.
El último round de la pelea fue totalmente para los Astros. Cinco carreras sin contestación en los primeros dos innings fueron golpes de los cuales los Dodgers ya no se levantaron y así el festejo fue del equipo visitante. La fórmula del séptimo y definitivo encuentro fue clara: batear oportunamente, pitchear con aplomo y defender con limpieza.
La novena texana abandona la triste lista donde estaba junto con Texas, San Diego, Tampa Bay, Colorado, Milwaukee, Washington y Seattle, que siguen siendo los conjuntos que no saben lo que es ser campeón de las Grandes Ligas.
Los Astros sabían que la mejor forma de poner presión a los Dodgers y de contener el impacto del público era no dejar que se prendieran, por lo que los de Houston encendieron sus bats desde el primer pitcheo.
Al tercer pitcheo, cuando la gente apenas se estaba acomodando en su lugar, George Springer pegó doblete. Al primer lanzamiento, Alex Bregman saca rola entre primera y segunda, Cody Bellinger tomó pero tiró mal a Darvish (quien llegaba en la asistencia). Error, una base extra para los corredores, Houston ganaba ya 1-0. Dos outs productivos después, Bregman timbró el 2-0.
Parecía que nadie se esperaba esto. Era un ataque muy tempranero de los Astros que el martes apenas dieron seis hits y anotaron una carrera. Pero se fueron a la yugular.
Parecía que los Dodgers iban a estar en la misma sintonía. También empezaron con doblete (Chris Taylor) y tuvieron hombre en segunda y primera con golpe a Justin Turner. Pero Cody Bellinger fue ponchado. Entonces llegó golpe a Yasiel Puig. Casa llena. Joc Pederson al bat. Era el momento de responderle igual a los Astros. Pero salió una rola a segunda.
En el segundo rollo, un hit y un golpe puso a dos corredores en base. Chris Taylor pegó una línea que salió directa a las manos del short stop (Carlos Correa), quien completó un doble play en segunda.
El en tercer inning, con hit y golpe otra vez tuvieron gente en base, pero de nuevo, nadie dio el batazo oportuno. Ponche, fly y ponche. Se acabó la historia. Para el quinto inning, otra vez dos hombres se pusieron en las colchonetas. ¿Qué pasó? Lo mismo, no llegó el batazo oportuno. Así se alcanzó el sexto inning.
Dodger volvió a tener gente en base pero aunque ahora sí llegó un batazo a la hora cero, un sencillo de André Ethier, solo anotaron una vez. Iban de 10-0 con gente en posición de anotar, y eso fue lo que los mató.
En un juego que se maneja diferente a cualquier otro, el manejo del pitcheo fue distinto y Dodgers nunca encontró la forma de hacer algo, y se van a casa con las manos vacías luego de comerse nueve ponches y solo dar seis hits.