Oaxaca.— La Agencia de Protección Sanitaria de Ciudad de México (APS) detectó en centros de acopio y albergues para damnificados más de 628 kilos de medicamento caduco y maltratado, además de alimentos en mal estado.
De acuerdo con “Excélsior”, las medidas buscan disminuir y evitar riesgos sanitarios para los damnificados y los brigadistas.
La Secretaría de Salud informó que se vigilan la higiene del agua de consumo y los alimentos en los albergues instalados en inmediaciones de zonas de siniestro, en viviendas aledañas, además de revisar las donaciones de alimentos y medicinas en los centros de acopio.
El director de la Agencia de Protección Sanitaria, José Jesús Trujillo Gutiérrez, explicó que la labor principal de los verificadores es procurar que las personas estén en condiciones sanitarias adecuadas, para lo cual se dan pláticas sobre el cuidado a la salud y se revisa la calidad de los alimentos.
Verifican los niveles de cloración del agua contenida en tinacos, garrafones y cisternas de los albergues y viviendas, para asegurar su calidad, ya que la usan para beber, preparar alimentos, lavarse las manos, bañarse y asearse los dientes. Además de verificar la limpieza de los sanitarios móviles.
Agregó que se verifica que en los albergues y centros de acopio, instalados en diferentes puntos de la ciudad, cumplan con las condiciones sanitarias y la vigencia de los alimentos elaborados, así como de los medicamentos que se reciben a través de la donación y de los que se utilizan en las consultas.
Lo que se entrega son medicinas que más requiere la población afectada, tales como analgésicos y antiinflamatorios, así como material de curación: jeringas, gasas, alcohol, alcohol en gel y materiales de venoclisis para aplicar medicamentos o suero, entre otros.
Buena intención, pero…
Aunque hay una buena intención de donar, se encontraron más de 628 kilos de medicinas, material de curación y otros insumos caducos o que no reúnen las condiciones de seguridad.
Se aseguraron envases de medicamentos maltratados, rotos y mojados; frascos de cápsulas incompletos ya utilizados, y tabletas sueltas o en partes, de modo que no se sabe la fecha de caducidad, con lo que se pone en riesgo a las personas.
El producto es destruido con el apoyo de la empresa Singrem. De igual manera, los alimentos caducos se aseguran para que luego sean eliminados por personal de la APS, con lo que se evitan riesgos de enfermedades gastrointestinales y hepatitis, entre otras.