Guadalajara, Jal.- A siete años de su partida física, la literatura y el periodismo continúan “leyendo, comentando y anotando” la obra de Carlos Monsiváis (1938 - 2010), a la vez que la historia reciente de México parece haber estado poblada de acontecimientos aptos para su mirada crítica, sentido del humor y ubicuidad, declaró Diego Prieto Hernández, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), al encabezar la presentación del libro El género Monsiváis. Escrito por Juan Villoro y editado por el INAH, el texto fue presentado en el marco de la 31 edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en un conversatorio en el que participaron Prieto y Villoro, además del cronista Emiliano Ruiz Parra, Luis Barjau y María Eugenia del Valle, titular de la Dirección de Estudios Históricos (DEH), instancia en la que el autor de Días de guardar (1970) fungió como investigador desde marzo de 1972 hasta los meses previos a su fallecimiento. En la presentación efectuada en el Museo Regional de Guadalajara, el antropólogo Diego Prieto comentó que en esta novedad editorial, Villoro rememora sus encuentros, andanzas y sus ocasionales desencuentros intelectuales, a la vez que diserta sobre la influencia y autoridad que tuvo ‘Monsi’ en esferas tan heterogéneas como la política, la música, los espectáculos, las tiras cómicas y el cine de luchadores. “La cercanía entre Villoro y Monsiváis proviene quizá de la manera siempre documentada, precisa, mordaz y divertida, a la vez que absolutamente seria, de ejercer ambos la crónica periodística-literaria o literario-periodística, formato en el que Villoro identifica a Monsiváis pero que, sin duda, lo define a él mismo”, señaló. En tanto, Juan Villoro aseveró que el texto —homónimo a la ponencia magistral que impartió el 2 de septiembre de 2015 al inaugurar la Cátedra Carlos Monsiváis, impulsada por el INAH para honrar la memoria del cronista y ser una tribuna más para el pensamiento crítico— constituye un homenaje personal hacia un mentor que, dijo, “sabía de todo menos de fútbol”. Recordó que la primera presentación del volumen tuvo lugar en el Museo Nacional de Antropología (MNA) dentro de un contexto social sui géneris, causado por el sismo del 19 de septiembre. En aquellos días, cuando casi todos los foros de la capital permanecían cerrados, llevar a cabo la presentación del libro (una vez que se dictaminó favorable el estado estructural del MNA) fue un acto catártico y de resistencia cultural que el propio Monsiváis habría aplaudido. Por su parte, Emiliano Ruiz Parra, quien se definió sucesor generacional tanto de Monsiváis como de Villoro, destacó que uno de los más importantes valores que se reconocen en el artífice de títulos como Los rituales del caos (1995) y Apocalipstick (2009), es la capacidad que tuvo para ocuparse y difundir tanto la alta literatura del siglo XIX, como las problemáticas de las clases menos favorecidas del país, con las cuales convivió estrechamente y de cuyas demandas se convirtió a menudo en portavoz. Finalmente, el doctor Luis Barjau, quien durante su gestión al frente de la DEH impulsó la creación de la Cátedra Carlos Monsiváis, coincidió con Ruiz Parra en la trascendencia que el autor homenajeado alcanzó como difusor de conocimiento; prueba de ello fue que tan pronto ingresó como investigador a la DEH, fundó en ella el Seminario de la Cultura Nacional, así como otras iniciativas, entre las que citó al Taller del Libro, coordinado por Monsiváis de 2003 hasta el año de su deceso. Asimismo, anunció que en 2018, la DEH publicará un segundo volumen derivado de las conferencias que se han dictado hasta el momento dentro de la Cátedra Carlos Monsiváis, mismo que revisará, desde la perspectiva de distintos autores, los intereses y las facetas de una pluma tan inabarcable en su producción y tan difícil de catalogar que, tal como argumenta Villoro, parece destinada a establecer un género literario para sí misma.