Ciudadania Express
Viernes 14 de julio, 2017. 12:30 pm

Enrique Florescano, defensor de los lectores y difusor del conocimiento

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Oaxaca.-Es innegable la impronta que ha dejado el historiador, investigador, funcionario y editor Enrique Florescano a lo largo de su carrera. No obstante, en la mesa redonda efectuada el miércoles 12 de julio en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes para festejar sus 80 años de vida se resaltó su papel de ardiente difusor de nuestra cultura y, sobre todo, de defensor de los lectores. Y es que, al que hablar de la historiografía mexicana, desde la que estudia los tiempos precolombinos hasta la contemporánea, el nombre de Enrique Florescano es un referente ineludible. En ese haber de saberes, no solo se ha preocupado por investigar con rigor, sino además por divulgar, hacer llegar a los lectores de a pie –como él les llama– el conocimiento especializado. “Aprendí de mis maestros que el conocimiento, aun el más riguroso, alcanzaba su propósito último cuando rompía el claustro de la academia y alcanzaba a grupos más numerosos”, dijo el historiador durante su participación en el recinto de mármol, donde estuvo acompañado por sus lectores, alumnos, colegas, amigos y familiares. Florescano afirmó ser “un producto generacional” construido en “etapas sucesivas”, al referirse a las diferentes instituciones que lo formaron, desde su alma mater, la Universidad Veracruzana, hasta El Colegio de México (Colmex) y La Sorbona, pasando por aquellas en las que laboró y continúa colaborando: el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) –donde llegó a ser director general– y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), hoy Secretaría de Cultura. La etapa en la que fungió como titular del Departamento (actualmente Dirección) de Estudios Históricos del INAH fue de la que “viene mi adicción a trabajar en equipo y el hábito de trasportar los resultados a las áreas de educación y difusión”, sostuvo. “En ese ánimo fue que, manteniendo un trabajo colaborativo con intelectuales y estudiosos como Alejandra Moreno, Guillermo Bonfil Batalla, Héctor Aguilar Camín, Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, José Joaquín Blanco, Guillermo de la Peña, Antonio Saborit y Nicole Giron, fundamos seminarios de campos poco trillados y marcó otra aventura colectiva la revista Nexos, fundada en 1978”. Durante su intervención, el también historiador Érik Velásquez habló de las aportaciones de Florescano en los estudios sobre el periodo precolombino y el mundo indígena, y resaltó que uno de los títulos fundamentales del festejado es Historia de las historias de la nación mexicana: “No conozco ningún otro libro de historia de la historiografía mexicana que abarque tantas corrientes, métodos, enfoques y formas de utilizar el pasado. Su realización representa una visión de avanzada del autor”. Asimismo, al destacar diversas publicaciones de Florescano, refirió que, “a pesar de que revelan una gran erudición y destreza mental para tejer la trama, hallar conexiones e identificar los hilos fundamentales de la historia, su prosa es amena y atractiva, pues cada libro fue hecho con el fin de captar la atención de los lectores, virtud no fácil de lograr, pero que revela la preocupación fundamental de su autor por convertir a la historia en una adquisición democrática, derribando los muros entre el especialista y el público de a pie”. Por su parte, Erika Pani, directora del Centro de Estudios Históricos del Colmex, resaltó la veta de investigador de Florescano: “Es muy difícil encasillar a esa ave rara, cuyo trabajo abarca cinco siglos de historia y toca los temas más diversos. “Asomarse a los trabajos de Enrique Florescano produce una emoción entre el vértigo y la imaginación. Es un historiador maduro y ecléctico, cuya trayectoria no solo nos permite rastrear el proceso de profesionalización e institucionalización del estudio de la historia en el país, sino que sus aportaciones han sido determinantes, como las que realizó para la historia económica y social de México. “Se dice que la importancia del trabajo de un historiador se mide por la forma en la que nos obliga a replantear los términos de la conversación historiográfica. Enrique Florescano no solo ha cambiado esta conversación, sino que ha lanzado las preguntas y abierto los espacios institucionales para que esta se vuelva más amplia, rica y relevante”. El editor, escritor y crítico Geney Beltrán Félix, al hablar sobre la faceta editorial de Florescano, señaló que su afán por la difusión impresa del conocimiento de la historia y, en general, de las humanidades y las ciencias sociales se ha visto reflejada en dos instancias particulares: la revista Nexos y, sobre todo, la colección Biblioteca mexicana, editada por el Conaculta y el Fondo de Cultura Económica, “con la que ha ofrecido una visión plural de nuestra historia, nuestra cultura y nuestra realidad”. De acuerdo con Beltrán Félix, en ella ha cumplido cabalmente su inquebrantable “defensa del lector, ya que, para su realización, ha puesto en equilibrio el saber de los especialistas y el deseo de conocimiento del lector. En palabras de Florescano, es labor del editor hacer un libro inteligente, estimulante, cuidado, cortés y transparente en su expresión para contribuir a la tarea educativa que en este país no ha terminado”. Finalmente, Aída Castilleja, secretaria técnica del INAH, resaltó que, durante su paso por esa institución, Florescano “dejó una muy importante impronta en la consolidación de las instituciones y en su trabajo en la Ley Orgánica del INAH, que le ha dado sustento al Instituto en estos años”. Puntualizó que una de las publicaciones de Florescano, El patrimonio cultural de México, ha sido “seminal para quienes trabajamos ese tema. Es una aportación que abrió caminos que, sin duda, serán muy importantes consolidar en el México actual”.
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