Oaxaca.- Hasta el domingo 3 de septiembre, en el Museo de Arte Moderno (MAM), el público podrá disfrutar de la muestra Rufino Tamayo, el éxtasis del color, que por medio de 50 obras da cuenta de la experimentación, el dinamismo y la búsqueda del creador oaxaqueño. [caption id="attachment_385570" align="alignleft" width="361"] Hombre radiante de alegría. 1962[/caption] Esta magna retrospectiva es una oportunidad para redescubrir al pintor arraigado en sus raíces zapotecas y mestizas, apasionado por la arqueología y la arquitectura prehispánicas, pero también preocupado por los problemas de su época, como la posguerra, la era nuclear, la conquista del espacio y los avances tecnológicos, temas que no scaparon a su pincel. En esta exposición el público podrá disfrutar de obras realizadas en diferentes técnicas: 45 pinturas al óleo, pastel y gouache; cuatro dibujos en grafito, carbón y sanguina, y una mixografía. Dichas obras pertenecen al acervo del MAM, el Museo Tamayo Arte Contemporáneo y colecciones particulares. En busca del arquetipo, De México al cosmos y Por una geometría del espacio son los núcleos en los que se divide la muestra, cuya curaduría fue realizada por Sylvia Navarrete, directora del recinto, con la asesoría de Juan Carlos Pereda –especialista en la obra de Tamayo– y de la Fundación Olga y Rufino Tamayo. Algunas de las obras que el público puede apreciar son Homenaje a la raza india (1952), que transita entre la figuración y la abstracción, lo cual le imprime un gran dinamismo a la figura humana plasmada en ella. Otra es El rockanrolero (1989), una de las últimas obras que pintó Tamayo. Desnudo en gris (1931), Anuncio de corsetería (1934), Músicas dormidas (1950), Retrato de Olga (1964), Hombre radiante de alegría (1968) y Dos mujeres (1981) también pueden observarse en la exposición Rufino Tamayo, el éxtasis del color, que se presenta en el MAM a 41 años de haberse montado la última muestra del creador oaxaqueño en ese recinto.