Lilia TORRENTERA G.
Oaxaca.- Hoy justo a los 40 días de cerrar el duelo que marca la tradición comunitaria para dejar en la memoria a quienes murieron en el sismo del 7 de septiembre, el gobernador Alejandro Murat Hinojosa dio el banderazo para la demolición de las viviendas con daño total y dar entrada a empresas fuereñas al regateó de la reconstrucción.
Quien vino a atestiguar que la orden del presidente Enrique Peña Nieto se cumpliera para que empresas privadas “convenzan” a las y los damnificados de que les construyan sus nuevas viviendas, fue el Subsecretario de Gobernación René Juárez Cisneros.
Por supuesto no podía faltar la alcaldesa perredista Gloria López Sánchez que no fingió una gran sonrisa al ser ella la que con una baderola naranja fluorecente, dió paso a la entrada de máquinaria pesada a las casas derruídas de sus paisanos, a sabiendas que alguna comisión se llevará de los grupos inmoliarios que sin licitación, salieron favorecidos por el mandato presidencial.
En Juchitán de Zaragoza, ha comenzado el proceso de demoler las historias de familia, los recuerdos y atizar el dolor de sentir todo perdido, quizá un hijo, una madre, una hermana, una abuela, o en el mejor de los casos, el único patrimonio material en medio de la pobreza que se va acumulando a cada trienio o a cada sexenio.
El acto oficial no pareció importar en mucho la significación de la tierra en los adobes o los ladrillos; ni del colores en los muros o las varillas que sostenía los techos, ahora retorcidas y que alguna vez cobijaron la vida cotidiana de cientos de familia.
Las denuncias de un censo mal levantado, el uso políticos de la ayuda humanitaria, los actos de rapiña de funcionarios públicos, la corrupción de autoridades municipales ilustradas con gran cinismo por el Cabido de Gloria López Sánchez; la pésima estrategia para la contratación rn el Programa de Empleo Temporal que mantuvo días enteros a miles de persona bajo lluvia y sol y la falta de sensibilidad para escuchar voces con calidad moral para realizar una reconstrucción humana e integral, quedarán en el olvido de millón 900 mil toneladas de escombros que hoy se comenzaron recabar.
“Oaxaca está de pie. La fortaleza y espíritu de los oaxaqueños es mucho más fuerte que cualquier desastre natural, y a pesar que vivimos uno de los sismos más fuertes en los últimos 100 años, saldremos adelante porque la gente del Istmo es fuerte y trabajadora”, es el inalterado discurso del gobernador Alejandro que ha acompañado a la población damnificada desde que comenzó la tragedia el 7 de septiembre.
Desgarra el optimismo oficial frente a la realidad en el que mujeres, hombres, niños y jóvenes aún permanecen varados en lo que pueda aportar voluntad de ayuda de la sociedad civil y las instituciones federales, eso es innegable, pero todo en la calle y en carencia de una organización gubernamental que ha dejado para lo último una política precisa y certera de protección civil hacia sus gobernados.
“Oaxaca avanza en la ruta de la reconstrucción del Istmo y que luego de llevarse a cabo el levantamiento del censo de viviendas dañadas a cargo de la Sedatu, ya se inició la entrega de tarjetas electrónicas Bansefi que permitirá a las familias istmeñas reconstruir sus hogares y volver a contar con una vivienda digna”, ha dicho el mandatario oaxaqueño la mañana de este lunes ante locatarios del mercado 5 de Septiembre.
Todo se realiza según lo ordenado desde la Federación, sin ninguna voz contestaría de antes, pues habrá que recordar que la membresía de la COCEI, se convirtió en negociante para venderse al mejor postor así cómo como lo hacen también otras organizaciones sociales y las propias autoridades municipales emanadas de todos los partidos en silencio cómplice si se recuerda que se acerca el 2018.
A partir de hoy caerán los desmoronados muros de las casas ubicadas en los 41 municipios considerados dentro del listado de emergencia
Lo que sí es claro es que para Murat Hinojosa “Oaxaca avanza en la ruta de la reconstrucción del Istmo y que luego de llevarse a cabo el levantamiento del censo de viviendas dañadas a cargo de la Sedatu, ya se inició la entrega de tarjetas electrónicas Bansefi que permitirá a las familias istmeñas reconstruir sus hogares y volver a contar con una vivienda digna”.
Habrá que juzgar en el lustro que viene.