Fortino Torrentera Oaxaca.- “Álvaro Carrillo no ha muerto”, exclamaba con voz entre cortada al escuchar “Luz de luna” la paseante proveniente de Guanajuato y que presenció la noche de este viernes el homenaje que organizó el Ayuntamiento de la ciudad con motivo del 48 aniversario luctuoso del trovador costeño. Una larga lista de participaciones, principalmente de trovadores y cantantes, desfilaron en el estrado montado en el Jardín Carbajal, donde fue instalado el busto de Álvaro Carrillo Alarcón, mientras se escucharon sus canciones más memorables. Ahí, Juan Pablo Vasconcelos Méndez a nombre de la Coordinación de las Culturas, Turismo y Economía del Ayuntamiento citadino reconoció la solidaridad de los participantes y el interés mostrado por un público que abarrotó esa plaza ubicado al norte del andador turístico. Exaltó la grandeza del compositor nacido en Cacahuatepec, Oaxaca y cuya inspiración ha llevado el arte musical de Oaxaca por todo el mundo, siendo unos de los compositores latinos más interpretados por personalidades de la música. La conducción estuvo a cargo del músico y promotor cultural, Constantino Fentanes, quien presentó a los trovadores, así como a un grupo de danza regional proveniente de la Costa, para rendirle tributo al más grande bolerista de nuestro país. Asimismo, estuvo presente Mario Carrillo, hijo del desaparecido cantautor, quien agradeció el derroche de talento musical que destaca entre los oaxaqueños, al tiempo de considerar que su padre estaría feliz de saber que su música sigue vigente al paso de las generaciones. De las actuaciones, se destacó la participación del tenor oaxaqueños, Luis Adrián, quien por su técnica y voz, recibió cerrados aplausos; al igual que otros trovadores como Tony Rodríguez, en el acto estuvo presente el cantautor, Víctor Martínez. Es de recordarse que el compositor afromexicano, falleció el 3 de abril de 1969 en la Ciudad de México, componiendo más de 300 canciones, entre las que destacan “Cáncer”, “Cancionero”, “Como se lleva un lunar”, “Sabor a mí”, “Diariamente”, “Dos horas”, “El andariego” o “Eso”, por mencionar algunas. Además de componer en géneros diversos que van del pasodoble, la chilena, el bambuco y la ranchera, se caracterizó por su profundidad en el bolero, por lo que en otros países creen que es de origen cubano o puertoriqueño. Una anécdota de su vida es cuando tuvo que ser hospitalizado, teniendo en la misma sala al compositor José Alfredo Jiménez, quien al reconocerlo y saludarlo se hicieron un reto, que el compositor de música ranchera escribiera un bolero y Carrillo una canción ranchera, resultando “Eso merece un trago”. La canción “Sabrá Dios” la compuso porque compró un timbre postal en una oficina de correos y lo atendió una mujer. Al pedirle la cuenta, Carrillo le preguntó: «¿Cuánto va a ser, señora?», a lo que la mujer respondió: «Señorita, por favor». El maestro le contestó entonces: «Sabrá Dios». Al llegar a su casa ya tenía listo el tema de la canción. La canción “Sabor a mí” fue la canción más exitosa de las que compuso, y una de las más bellas. La canción “Amor mío” fue su canción favorita, pues le abrió camino al éxito. Su canción “La mentira” (Se te olvida) fue el primer tema musical que le dio una mayor popularidad a una telenovela: se trató de “La mentira”, grabada en 1965. Una de sus frases fue: «La escuela es para los burros. Yo no voy a mantenerme de ingeniero, sino de mis canciones».