Fortino Torrentera O. Oaxaca.- “En la instalación de los llamado “Megaproyectos” no son consultadas las comunidades, sino que se da en un acuerdo entre los gobiernos federal o estatal, ignorando la decisión de los pueblos sobre su territorio, lo cual es ilegal”, señaló Omar Martínez Hernández, integrante de Maderas de Oaxaca. Al anunciar la conclusión de la primera etapa de la “Campaña Nacional en Defensa de la Madre Tierra y el Territorio”, integrantes de diversas organizaciones indicaron que seguirán fortaleciendo las formas de vida y de organización comunitaria, los procesos colectivos de toma de decisiones, al tiempo de comprometerse a intensificar más su lucha contra proyectos que deterioran el medio ambiente y violentan la propiedad del territorio de las comunidades. “Programas como el Procede han ido ´regularizando la tierra´ para irle quitando el poder comunal o ejidal a las comunidades y de esta forma poder operar los proyectos, convirtiendo los terrenos en propiedad privada, lo cual es ilegal, aunque ellos lo arreglen en términos ´legales´ como gobierno, pero violentan los derechos de los pueblos y los convenios internacionales”, dijo Martínez Hernández. Esperanza González, integrante de la Red de Defensores Comunitarios, recordó que en abril del 2016, 176 pueblos, comunidades, barrios y organizaciones iniciaron esta campaña nacional, quienes reconocieron y que no son egoístas, atrasados o antidesarrollo, por evitar los megaproyectos pues dijeron que sólo buscan conservar los bienes naturales para pensar en el futuro de la humanidad. Esta campaña que abarcó  las regiones centro, norte, sur y occidente del país, consideraron que “La naturaleza representa a nuestra madre tierra pero para el gobierno son recursos, mercancías que tienen precio”. “En las lunas y meses que ha durado esta campaña -indicaron en conferencia de prensa realizada en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca-, hemos encontrado, desde nuestras resistencias, la mayor de nuestras coincidencias: Luchamos por la defensa de la Vida. La Tierra, la entendemos como nuestra madre, porque todo de ella recibimos”., la entendemos como nuestra madre, porque todo de ella recibimos”. Y agregan: “… la voracidad de este sistema, parece que no tiene límites, ni marcos legales que puedan contenerla. Todo se desgarra, todo se destruye. Es insaciable: quieres más y más riqueza a costa del sufrimiento de los pobres y de la madre naturaleza”. Advierten: “Si el mal gobierno otorga a las empresas y trasnacionales permisos y concesiones para sus proyectos, que quede claro que nosotros no lo damos. Esos gobiernos no nos representan; de ninguna manera hemos dado nuestro consentimiento, ni lo daremos. Las inversiones que hacen para sus proyectos son bajo su propio riesgo. Nos violentan, nos provocan, agotan nuestra paciencia, Queremos respeto, paz y tranquilidad en nuestros territorios”.