Oaxaca.- Los niños de todo el país sufren el estrés post traumático de los sismos del pasado mes de septiembre, por un lado los infantes de los estados afectados lo vivieron y por otro los del resto del país son objeto del bombardeo informativo sobre el tema “por lo que todos las niñas y niños de México deben ser atendidos en el aspecto emocional”
Así lo señaló Lilia Dalila López Salmorán, titular de la Dirección de Educación Comunitaria e Inclusión Social (DECIS), del Consejo Nacional de Fomento educativo (Conafe), quien informó que debido a lo anterior la institución aplica en todo el país el “Protocolo para el reinicio de clases después de un siniestro natural”.
Explicó que en el caso de los estados afectados los alumnos son objeto de un seguimiento para el regreso a clases en Oaxaca y Chiapas desde el 7 de septiembre y a partir del 19 de septiembre se agregaron a esos estados Puebla, Morelos, México, Tlaxcala y la Ciudad de México, de acuerdo a las instrucciones que dio el titular de la Secretaria de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer.
De acuerdo a los censos y reportes de las Asociaciones de Padres de Familia y de Promotores de Educación Comunitaria (APECs) del Consejo, en total se suspendieron temporalmente las clases en alrededor de 900 escuelas Conafe, por daños parciales o totales a consecuencia de los sismos, en los estados de Chiapas, Guerrero, Hidalgo, México, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala y Veracruz en el resto de las entidades no se reportaron afectaciones
A la fecha se registra un regreso a clases en el 100 por ciento de alumnos de las escuelas del Conafe, incluyendo a los alumnos de las escuelas cuyo daño fue total, y quienes fueron reubicados en casas e instalaciones públicas en las mismas comunidades donde se ubican los servicios.
López Salmorán explicó al respecto que si bien cerca de 100 escuelas deben ser totalmente reconstruidas en los estados afectados, y “aun cuando está marcha la demolición y reconstrucción de esas instalaciones, por la naturaleza y funcionamiento educativo del Conafe; el reducido número de alumnos por plantel, y el apoyo de los padres de familia el regreso a clases fue más sencillo que en las escuelas del sistema regular”.
Recordó que el Conafe atiende a 233 mil 403 alumnos en más de 32 mil comunidades, pero estas tienen menos de mil habitantes y no más de 20 alumnos en total cada una de los niveles de pre escolar, primaria y secundaria, por lo que “encontrar un lugar alterno a la escuela en reconstrucción fue más sencillo que para un plantel de educación regular, además de contar con el apoyo de la comunidad y los padres de familia”, reiteró.
La funcionaria aclaró que esto se trata de una estrategia temporal para continuar con la formación educativa de las niñas y niños afectados por los siniestros, continuar con el abatimiento al rezago educativo sin pausas, y adicionalmente, de acuerdo a las necesidades y condiciones en cada comunidad, se tomarán dos opciones de recuperación del tiempo: una trabajar los fines de semana, y dos ampliar el horario escolar.
Por lo que respecta al “Protocolo para el reinicio de clases después de un siniestro natural”, dijo que es inevitable reaccionar a eventos de desastres naturales, y el Protocolo del Conafe permitirá a los Líderes para la Educación Comunitaria (LECs) encausar esas reacciones a una experiencia informada, “que sirva para su formación, reconstruir sus comunidades y su vida con una experiencia de aprendizaje informada.
“Se trata regresar a la normalidad con más conocimientos, y no traumas, para eso vamos a aprovechar la estructura de comunidades de conocimiento que se plantearon con el modelo de Aprendizaje Basado en la Colaboración y el Diálogo ABCD, de subrayar el aspecto humano a la labor educativa y no descuidar a ninguno de los miembros de la familia Conafe, alumnos, padres de familia y figuras educativas”, subrayó.
El Protocolo se integra con seis pasos básicos, para reiniciar con la mayor normalidad posible las clases, que se aplican con la participación de las figuras educativas, las Asociaciones de Promotores de Educación Comunitaria (APECs), que son los padres de familia y los alumnos.
Estos pasos son:
- Revisar las condiciones físicas del aula y su entorno, que incluye evaluar el estado de los caminos por donde transitan los alumnos para llegar al aula deben ser totalmente seguros; recorrer el inmueble detenidamente para conocer el grado de afectación y determinar si es seguro para el ingreso de los alumnos. En caso de riesgo, determinar con la APEC en qué otro espacio que sea seguro se puede trabajar.
- Recibir a los alumnos con ánimo y mensajes positivos de bienvenida, considerar que es posible que algunos hayan perdido su casa o a algún familiar, amigo o conocido. Es necesario que su regreso a clases sea caluroso, que les des la bienvenida con sonrisas y abrazos, que los hagan sentir seguros y que se motiven a continuar con sus estudios y, en la medida de lo posible, con su vida cotidiana
- Recuperar y compartir la experiencia vivida a través de actividades como lectura de cuentos, personificaciones de los protagonistas de esas historias y realizar dibujos con los que los alumnos relaten su propia historia, acciones que darán elementos para una evaluación emocional y de comportamiento pos traumático.
- Recordarles y dejar claro que luego de los desastres naturales las cosas pronto vuelven a la normalidad, pues no son castigos, sino efectos de los fenómenos de la naturaleza de los cuales podemos aprender cómo actuar cuando sucedan, tema en el que se pide a las figuras elaborar carteles de prevención junto con los alumnos y sus familias.
- En la medida de lo posible, continuar con las actividades de la jornada escolar. Y permitir que los niños puedan seguir hablando de sismos o de algún acontecimiento asociado, e involucrarse con ellos para ayudarlos a identificar lo aprendido de esta situación.
- Una vez que se llevan a cabo los cinco primero pasos, el sexto es elaborar un listado de daños para informar al coordinador regional en forma veraz y juiciosa el estado que guarda el inmueble, equipamiento y materiales, así como la situación en que se encuentra la población educativa, tanto alumnos como sus familias