Ciudadania Express
Viernes 05 de mayo, 2017. 05:00 pm

Jazistas oaxaqueños rendirán tributo este sábado al gran Django Reinhardt

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Fortino Torrentera O. Oaxaca.- Django Reinhardt, no sólo es la máxima figura en el jazz manouche o Jazz gitano, sino que es uno de esos prodigios musicales que nació y desarrolló en su arte la esencia cultural de su pueblo y su estilo propio, colocándose a la altura de los inmortales de este género. Jean Django Reinhardt, nació en Liberchies, Bélgica un 23 de enero de 1910 y murió en Samois-sur-Seine, Francia el 16 de mayo de 1953, por ello, el ensamble Hot Club Oaxaca le rendirá un concierto como tributo a este extraordinario e icónico jazzista latino. Este sábado 6 de mayo a las 19:00 horas en la Biblioteca Henestrosa que se localiza en Porfirio Díaz, parte del repertorio de Reinhart será interpretado por este ensamble formado por Arquímides “Quimi” Hernández al bajo, Cesar Hernández en la guitarra, y las voces en el acordeón de Gilberto Silva y en el violín de Ángel García. Se dice que el más fiel discípulo de Django Reinhardt, es el guitarrista español, Pere Soto Tejedor, quien radica en esta ciudad y ha desencadenado un gusto en las nuevas generaciones de jazzistas oaxaqueños. Hablamos del tributo al llamado Príncipe gitano, el primer músico de jazz originario de Europa que ejerció una influencia similar a la de los grandes artistas estadounidenses. Su música es el resultado de la fusión entre el swing y la tradición musical gitana del este europeo. Reinhardt revoluciona el toque de guitarra en el jazz, justamente antes de que se empezara a utilizar la amplificación. Sobre la base de un contrabajo, de dos guitarras rítmicas y del habitual violín de Stéphane Grappelli, Django desarrolla una música alegre y extraordinariamente flexible. Sus conceptos armónicos fueron sorprendentes en su época y así impresionó a músicos como Charlie Christian y Les Paul; además, su influencia sobre el swing fue decisiva para la decantación de una línea de este (el Western swing) en la música country. Aunque no sabía leer música, a solas y junto a Grappélli, Reinhardt compuso varias melodías sumamente originales y exitosas como «Daphne», «Nuages», «Manoir de Mes Rêves», «Minor Swing» y la oda a su compañía discográfica de los años treinta «Stomping at Decca». Durante su infancia viajó por Bélgica, Francia Italia y África de Norte tocando la guitarra, el banjo y el violín. De él se decía que era capaz de interpretar cualquier pieza con sólo oírla una vez. Sus primeros pasos fueron al lado de su padre tocando la guitarra en fiestas y bodas. Tenía su mano izquierda parcialmente paralizada a causa de quemaduras y sólo tenía dos dedos útiles, por lo que tuvo que desarrollar un estilo propio de interpretación. Triunfó en el París de los años 30 y 40. En 1934 crea el quinteto del Hot Club de Francia con el violinista Grappelli, su hermano Joseph, R. Chaput en la guitarra y L. Vola en el bajo. Grabaron Nuages, un hit fulminante que todos los cantantes de éxito se disputaron el privilegio de interpretar. Dice la poetisa manouche, Sandra Jayat: “Vino al mundo con seis cuerdas bajo el brazo. Creció al revoltijo del negocio nómada de su familia, en una caravana de artistas y vendedores itinerantes de poca monta y escasa fortuna. Arrebujado con una manada muy numerosa Django y compañía se instalaron a las afueras de París de manera más o menos permanente. Allí se echó a rasguear con el convencimiento del oficio y el duende de un encantador de serpientes. Arrancaba notas febriles y agitaba sin piedad caderas, cuellos, pies reacios a bailar. Django fue la música popular en Europa cuando allí solo había cuadros descompuestos y películas tenebristas. Desató un furor inédito en la época. El swing europeo lo alumbró un gitano como los negros del algodón parieron la semilla del jazz en Estados Unidos”<.
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