Lilia TORRENTERA G. Oaxaca.- En México existe un padrón de detención arbitraría, tortura y dilación de la justicia en contra defensoras y defensores de derechos humanos que el Estado se niega a reconocer así como el reparar el daño a pesar de existir una recomendación de  Naciones Unidas, denunció Miguel Martín Zumalácarregui miembro de la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT).   [caption id="attachment_358250" align="alignright" width="457"] Miguel Martín Zumalácarregui/Foto Ciudadanía Express[/caption] En su misión internacional por México el representante de la OMCT  visita Oaxaca para documentar  cinco casos de detención arbitraria, dos de ellos contra los defensores oaxaqueños.   En entrevista con Ciudadanía Express, Miguel Martín Zumalácarregui en un trabajo conjunto con la organización civil Consorcio-Oaxaca,  expuso que en el caso de México, se registra un patrón recurrente de defensoras y defensoras de derechos humanos como la tortura o malos tratos en la detención y el encarcelamiento aunado a procesos judiciales irregulares y dilatorios  que van de tres hasta siete años según el caso.   “Vemos un sistema de justicia que no está funcionando y es en este contexto que se la OMCT documenta cinco casos defensores en México que  la Organización  de Naciones Unidas ha declarado como detenciones arbitrarias y que por ello, se ha emitido al Gobierno de México, liberar a estas personas y  reparar el daño”.   Así también  señaló la resistencia de las autoridades mexicanas para cumplir  con los protocolos internacionales  de protección derechos humanos y a acceso a la justicia de dichos casos.   “El Estado mexicano ha incumplido estas recomendaciones, por lo que   se realiza una campaña internacional para visitar a los cinco defensores que fueron encarcelados, entre ellos dos de Oaxaca y tres más de diferentes parte del país”. Informó que ha realizado visitas a Librado Baños Rodríguez,  recluido en la cárcel de Santa María Ixcotel y Damián Martínez  Gallardo,  en un penal de Jalisco.   Otro caso  que fue atendido por la  OMCT, fue el del estudiante Enrique Guerrero de la Universidad  Nacional Autónoma de México,(UNAM) inculpado en el mismo proceso penal de Martínez Gallardo por el delito de secuestros de  dos menores en ciudad de Oaxaca.   Refirió que otros dos defensores ya han sido liberados pero  sin que se  cumpla con la reparación del daño por parte  del Gobierno mexicano como lo establece la recomendación internacional de la ONU. Cabe mencionar que  el representante de la OCTM y Consorcio-Oaxaca  gestionaron una reunión  con el gobernador, Alejandro Murat  Hinojosa para darle a conocer la  investigación sobre el patrón en  las detenciones arbitrarias  e instarlo a que se cumplan con las recomendaciones de la ONU- en Derechos Humanos. Sin embargo, al terminar su visita a Oaxaca, Miguel Martín Zumalácarregui no fue recibido por el mandatario oaxaqueño.   Acceso a la justicia, sin garantía en México Al hacer un análisis del sistema de justicia mexicano, Miguel Martín Zumalácarregui no dudo  en  detallar que la ciudadanía y quienes defienden derechos, se enfrenta a un aparato en el que no se garantiza su integridad física y emocional ni mucho menos, al  debido proceso. “Hemos detectado cómo se fabrican delitos, en especial  contra líderes o defensores, en el que el patrón permanente  es una detención por denuncia anónima, sin que exista un esfuerzo para  investigar los casos ante de  proceder a encarcelar a la personas para reunir las prueba suficientes y necesarias además de que los procesos penales se alargan por muchos años”. El representante de la OMCT, puntualizó que que las detenciones arbitrarias en México tiene una clara intención de  desalentar el derecho a  la protesta a través de su criminalización.   “Lo que percibimos es que se pretende  descabezar los movimientos sociales; mantener a los defensores y defensoras fuera de su campo de acción y  enviar un mensaje a quienes defienden derechos humanos, es que si eres incómodo, quizá seas el próximo a ser encarcelado”. Miguel Martín Zumalácarregui,  dijo que pese a estas circunstancia la sociedad  civil organizada en México,  es una de las más activas y dinámicas y que se mantiene fuerte y en la lucha.