Alejandro Olivera*
Oaxaca.-El 10 de abril del 2015, el presidente Enrique Peña Nieto
anunció tardíamente el
aumento del área de protección de la vaquita marina para cubrir todo su hábitat, también dio a conocer una prohibición temporal (solo por dos años), de las redes de pesca que eran un riesgo para este mamífero marino. El plan, calificado como una "
estrategia" para salvar a esta marsopa en peligro de extinción, incluía el otorgar una compensación económica por no pescar a los titulares de permisos y concesiones de pesca, así como a la cadena productiva relacionada con las pesquerías, y el fortalecimiento de la capacidad del gobierno para combatir la pesca ilegal del pez totoaba. Sin embargo, tanto la prohibición de las redes como el programa de compensación terminarán en solo unos días, el 10 de abril del 2017, mientras que las vaquitas se encuentran al borde de la extinción.
La "estrategia" anunciada por el mismo presidente fue un fracaso, pues el número de vaquitas disminuyó en un 90 por ciento en los últimos 5 años, por lo que hoy quedan menos de
30 ejemplares, lo que clasifica a la especie como el mamífero marino en mayor riesgo de extinción del planeta. Con tantas vaquitas desaparecidas en los últimos años, es un hecho que el incremento en la vigilancia no ha sido efectivo, pues las redes utilizadas para capturar ilegalmente el pez totoaba las siguen matando, y la exportación ilegal de su vejiga natatoria pareciera ser imparable.
A unos días de que caduquen las palabras de Peña Nieto y se concluya la falla en su compromiso para proteger a la vaquita, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) propuso una nueva veda que solo incluía algunas redes, y no todas las que hacen daño a la vaquita, como las utilizadas para capturar camarón.
Es fundamental que el gobierno siga protegiendo a la vaquita marina más allá de una veda temporal, y se entienda que los enemigos no son las organizaciones defensoras del medio ambiente, sino las mafias que pescan y trafican con el pez totoaba.
Así que a partir del 11 de abril los pescadores podrán regresar a pescar como hace dos años, con redes que dañan a la vaquita, y además se sumarán a los ilegales que capturan y trafican el
buche (vejiga natatoria) del pez totoaba, actividad imparable que ha sido la principal amenaza para la vaquita marina durante estos dos años. Esto porque a los buches se le atribuyen propiedades afrodisíacas y medicinales, así como por representar un símbolo de estatus social. La alta demanda de esta especie ocasiona que un kilo de buche llegue a costar hasta 25 mil dólares.
Es así como han pasado muchos años de impunidad. De acuerdo con
una solicitud de información, la Procuraduría General de la República (PGR) respondió que únicamente han sido 7 las personas consignadas en Baja California y Sonora por estos ilícitos desde el 2012. Y de estas no sabemos si pagaron fianza para salir en libertad o cual fue su condena.
Ante esta impunidad cobijada por la corrupción, organizaciones ambientalistas como
Sea Shepherd hacen lo que las autoridades deberían estar haciendo, han retirado kilómetros de redes "fantasma" que quedan sumergidas y abandonadas en el mar, y que son un riesgo para la vaquita. Su hallazgo más reciente ha sido el de 66 totoabas encontradas en una red, las cuales promediaban 40 kilogramos en peso. Estas actividades que no son del agrado de los delincuentes han provocado que Sea Shepherd, haya sido recientemente objeto de
amenazas cobardes y ataques.
Sin embargo, es fundamental que el gobierno siga protegiendo a la vaquita marina más allá de una veda temporal, y se entienda que los enemigos no son las organizaciones defensoras del medio ambiente, sino las mafias que pescan y trafican con el pez totoaba, ocasionando la muerte de las vaquitas marinas, y ante las cuales debe proceder una acción contundente e inmediata del Estado para que logre detenerlas.
*Biólogo marino, ambientalista, profesor, triatleta