Swagger
Oaxaca.-Por costumbre y convencionalismos, estamos diseñados para seguir “reglas” de convivencia, que poco a poco nos separan de la faceta más natural de la experiencia humana.
La desnudez debería poder disfrutarse sin inhibiciones, sin negar que llegamos a este mundo desprovistos de ropa, y la playa de Zipolite es una prueba fehaciente de ello.
Se ubica a 3 kilómetros de Puerto Ángel, Oaxaca, y es la playa mexicana en la que por excelencia se practica el nudismo. Suele ser visitada por extranjeros en busca de un contacto pleno con la naturaleza; uno en el que no medie la artificialidad entre el cuerpo y el entorno.
Sus 1,75 km de extensión deparan todo lo necesario para que la experiencia al desnudo sea lo más placentera posible. Hay bares, palapas, restaurantes, hoteles y servicios que, en conjunto con los cuerpos al natural, hacen de esta playa un auténtico paraíso, como otros tantos que atesora Oaxaca.
Lo mejor es que visitar ese estado implica acercarse a una vasta riqueza cultural, a una gastronomía de primer nivel y a complejas artesaníasque maridan nuestra identidad nacional con un entendimiento general del mundo.
Ejemplo de ello es el telar de lana teñida con tintes naturales que manejan Francisca y Reina López, dos oaxaqueñas capaces de crear sillones medallón de estilo Luis XVI, diseñados por Studio Roche Bobois y hechos de madera de haya, a partir de refinadas técnicas de ensamblados y entalladuras, propias de la ebanistería de alta gama.
El trabajo de Francisca y Reina forma parte de “L´artesanía de vivir”, exposición itinerante de artesanía de varios estados, que estará abierta al público del 7 de abril al 8 de mayo en el Museo del Barroco en Puebla, y del 15 al 1 de julio en el Centro Cultural San Pablo de Oaxaca.