Oaxaca.- Por primera vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considerará al trastorno por videojuegos como enfermedad mental, al incluirlo en su próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11), que no se actualiza desde 1990.
La posibilidad de que los videojuegos generen trastornos patológicos (o incluso adicción) ha sido un asunto largamente discutido y este será un gran paso que generará una gran controversia en el ámbito científico por las dudas y rechazo que provoca esta clasificación.
De acuerdo con el diario
El País, este trastorno se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego “continuo o recurrente” y, aunque todavía no se concluye la definición, la OMS vincula este nuevo trastorno a tres condiciones negativas provocadas por el mal uso de los juegos digitales.
De acuerdo con el borrador, la primera condición será no controlar la conducta de juego en cuando al inicio, frecuencia, intensidad, duración, finalización y contexto en que se juega. Segundo, al aumento de la prioridad que se otorga a los juegos frente a otros intereses vitales y actividades diarias. Y tercero, al mantenerse la conducta o darse una escalada “a pesar de la ocurrencia de consecuencias negativas”.
“Los profesionales de la salud deben reconocer que los trastornos del juego pueden tener consecuencias graves para la salud”, destacó Vladimir Poznyak, responsable del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, en declaraciones a
New Scientist, el cual adelantó la noticia.
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El País, la OMS confirmó la información y adelantó que el ICD-11 estará listo en 2018 e insiste en un matiz: el trastorno por videojuegos no tendrá epígrafe específico, sino que aparecerá englobado en el más amplio de juegos digitales.
Poznyak aclaró que la mayoría de las personas que juegan videojuegos no sufre ningún trastorno, del mismo modo que la mayoría de las personas que beben alcohol tampoco. Pero hay circunstancias en que el uso excesivo puede generar efectos adversos.
El patrón de comportamiento debe ser de suficiente gravedad como para causar un deterioro significativo en las áreas de funcionamiento personal, familiar, social, educativo, ocupacional u otras áreas importantes, explica el borrador de la OMS.
“El comportamiento del juego y otras características son normalmente evidentes durante un período de al menos 12 meses para que se asigne un diagnóstico, aunque la duración requerida puede acortarse si se cumplen todos los requisitos de diagnóstico y los síntomas son graves”, agrega.
La OMS comenzó a considerar este trastorno hace una década, y tras años de trabajo con profesionales de salud mental, se ha decidido reconocer el desorden oficialmente en su próximo manual de diagnóstico.