A fin de conmemorar los 50 años de la publicación de
100 años de soledad, una de las obras cumbre de Gabriel García Márquez, la 37 Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO) ofreció la mesa
El periodista que escribió 100 años de soledad, con la participación de Gonzalo Martínez, de la Fundación Tomás Eloy Martínez; Martín Caparrós, periodista argentino; Darío Jaramillo, escritor y poeta colombiano; y Jaime Abello, director general de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).
Fue Abello quien abrió la conversación recordando una frase de García Márquez: “no quiero que me recuerden por
100 años de soledad ni por el Nóbel, sino por el periódico”. Apuntó que esto lo dijo en referencia a un proyecto de periódico que estaba planeando antes de morir. Con base en esta declaración del homenajeado, dio pie a que los participantes recordaran su legado periodístico, el cual fue su primer oficio antes de saltar a la fama internacional como novelista.
Durante la charla dieron a conocer que en 1948, siendo García Márquez un indeciso estudiante de derecho en Cartagena, fue invitado a colaborar en un periódico local del lugar,
El universal, donde trabajó hasta 1961. “Sus primeros textos eran de un descaro impresionante, de alguien que creía que podría escribir lo que quisiera. Era muy bueno”, señaló Caparrós. En ese lapso, escribió
La hojarasca, la cual logró publicar luego de muchos rechazos y recomendaciones de que siguiera dedicándose exclusivamente al periodismo.
Pese a su vena literaria “ejerció el periodismo como oficio matriz, donde podía canalizar sus habilidades e inquietudes”, apuntó Abello. En la charla se recordó su llegada a México “el país de la esperanza” en aquel tiempo, pues recibía migrantes y refugiados de todas partes. Fue aquí donde siguió trabajando como periodista de forma anónima en una revista para mujeres.
También en México escribió
100 años de soledad, mas no lo publicó aquí sino en Argentina, pues consideró que la industria editorial era más exitosa ahí y daría mayor impulso a su obra. No obstante su género, en este libro se advierte también su vena periodística, como señaló Jaramillo. “Él había utilizado los números como recurso periodístico porque da verosimilitud a la novela, empezando por el título”. Ejemplificó esto con una numeralia de las cifras que se manejan. “Tan sólo en el primer capítulo hay 16 precisiones numéricas”.
Entre los legados de García Márquez, además de su obra, está la fundación para impulso del periodismo que lleva su nombre, y la cual es colaboradora de la FILO, entre otras, con el Taller de Libro Periodísticos impartido por Caparrós.