Oaxaca.-En México, el Centro Nacional para la Prevención y el Control de VIH y el Sida (Censida) estima que al año, más de mil 500 mujeres que presentan un embarazo son portadoras de VIH, sin embargo no todas reciben un diagnóstico porque sólo la mitad de las embarazadas acceden a una prueba del virus.
Cimacnoticias entrevistó a la directora del Censida, Patricia Uribe Zúñiga, con el objetivo de conocer y aclarar a
cuántas de las 2.2 millones de mujeres embarazadas en 2016 se les aplicó una prueba de VIH y tuvieron un diagnostico positivo.
De acuerdo con información que obtuvo el Censida a través del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGSR) -entidad responsable de la compra y distribución de las pruebas rápidas de VIH para las mujeres embarazadas-, el año pasado se calcularon “al menos un millón 169 detecciones de VIH en mujeres embarazadas”, describió el Censida en un reporte.
La doctora Patricia Uribe aclaró que estás “detecciones” son en realidad la cantidad de mujeres gestantes que accedieron a una prueba de VIH, sin embargo, no dieron cifras exactas de cuántas fueron diagnosticadas seropositivas por ser un registro que lleva el CNEGSR, señaló.
Sólo calculan que de las 2.2 millones de mujeres embarazadas “deberían de estar detectando positivas al Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) entre mil 500 a mil 700 mujeres”, dijo la directora del Censida.
Mientras, la única información que da el CNEGSR es que de septiembre de 2016 a agosto de 2017, 557 embarazadas recibieron un tratamiento antirretroviral.
LA COBERTURA
A partir de 2010 con la reforma a la Norma Oficial Mexicana NOM-010-SSA2-2010 “para la prevención y el control de la infección por el VIH” (NOM 010), se obliga a los servicios médicos de primer y segundo nivel a garantizar una prueba de VIH para todas las embarazadas.
Anteriormente, recordó la doctora Patricia Uribe quien dirigió el Censida desde 1997 años, la Norma indicaba que la prueba de VIH únicamente se aplicaría cuando la mujer gestante diera positivo a sífilis, por ello había una cobertura del seis por ciento en todo el país.
La modificación a la NOM 010 buscó asegurar la salud de las mujeres y reducir los casos de trasmisión perinatal. Desde entonces, la cobertura de la prueba de VIH tuvo incremento acelerado hasta del 50 por ciento, pero las autoridades no han logrado llegar a la meta del 95 por ciento, lamentó la doctora especialista en VIH/Sida.
Según los datos del CNEGSR en 2016 el tamizaje de VIH en este grupo poblacional fue del 53 por ciento (1 millón 169 mil mujeres embarazas); un año antes fue mayor, en 2015 reportó una cobertura del 72 por ciento (1 millón 100 mil). En años previos la situación fue similar, en 2014 hubo una cobertura del 59 por ciento y en 2013 del 65 por ciento.
Es decir, existe una parte importante de gestantes –la mitad- a la que las instituciones públicas de salud no les están garantizando su derecho a una atención prenatal de calidad que incluya la prueba del VIH, denunció la directora de Censida.
La doctora agregó que del sector sin atención es donde se están registrando los casos de transmisión materno-infantil del VIH. Si a partir de la modificación a la NOM 010 hubo una reducción importante de casos de transmisión perinatal, por ejemplo, en 2006 la Secretaría de Salud contó 255 casos, en los últimos tres años ante la falta de cobertura las cifras no han disminuido.
Para 2014 se contaron 94 casos, en 2015 fueron infectados 71 recién nacidos y en 2016 el CNEGSR registró 92. Con ello México tiene una tasa de transmisión vertical de 0.04 casos nuevos por cada mil nacidos vivos.
EL PROBLEMA
La doctora aseveró que la falta de cobertura se debe a tres factores importantes: no hay disponibilidad de pruebas rápidas de VIH en los hospitales estatales; existe una resistencia del personal médico por aplicarlas porque lo perciben “complicado” o no están entrenados para ello; y hay un desinterés de las instituciones locales por solicitarlas.
“Una de las grandes discusiones que he tenido con el Centro de Equidad de Género es que no están comprando pruebas para las entidades federativas, los servicios estatales no le han dado prioridad requerida y tendrían que tener en todo servicio prenatal las pruebas rápidas de VIH y sífilis”, denunció Uribe Zúñiga.
Para la doctora es claro que son las instituciones de salud quienes están fallando, al menos 98 por ciento de las mujeres embarazadas acuden a una consulta prenatal, dijo, “no es que ellas no vayan al médico, van, pero nosotros no estamos haciendo control prenatal de calidad. Si no están disponibles las pruebas no se las van a hacer”.
En este sentido, la responsabilidad de garantizar el suministro de las pruebas rápidas de VIH para las mujeres embarazadas en todo el territorio es del CNEGSR, describió la doctora Uribe, el Censida una vez que el Centro detectó un caso, únicamente se encarga de que las mujeres reciban el tratamiento antirretroviral y evitar que su hijo o hija adquiera el virus.
“¿Por qué no están comprando las pruebas reactivas? no son caras” –indicó la directora del Censida- “no hay ninguna razón para que las mujeres embarazadas no tengan acceso a todas estas medidas”.
DETECCIÓN DE VIH EN MUJERES
Las recomendaciones de salud es que todas las mujeres que planeen embarazarse se realicen la prueba del VIH y deben realizarse dos pruebas durante el embarazo. Pero la realidad es que los servicios médicos no tienen estas pruebas y aún no se ha logrado informar a las mujeres la importancia de hacérselas, subrayó la Uribe Zúñiga.
Y es que por lo menos 60 por ciento de las mujeres gestantes con VIH, desconocían que tenía el virus, someterse a una prueba en el embarazo les permitió saberlo, dijo la experta.
“Por eso es muy importante seguirla ofertando, la mayoría de las mujeres nos sabían que estaban infectadas. Generalmente no perciben el riesgo porque se han infectado por sus parejas”, señaló.
La directora del Censida aseguró que han implementado programas en otros de servicios de salud a los que acuden las mujeres para ofértales la prueba, por ejemplo, a todas las víctimas de violencia sexual, que tienen lesiones por el virus de papiloma humano, o bien, alguna otra infección de transmisión sexual.
Concluyó que existen retos importantes aún en la detección de VIH en mujeres; entre ellos es indispensable la cobertura de la prueba durante el embarazo; trabajar con la sociedad civil para informarlas;