Oaxaca.- El aporte del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca (ICAO) al Liberalismo mexicano en el siglo XIX comenzó en las aulas, donde se formó la parte sustancial de la generación de la Reforma, luego aportó las ideas para la interpretación de la realidad que se vivía y las puso en práctica.
Así coincidieron tres investigadores, historiadores y catedráticos, formados en las aulas de la hoy Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), en la conclusión el pasado fin de semana de las actividades organizadas con el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez y la Asociación Civil “Generación 60” sobre el “Tributo a las y los Forjadores de la Universidad 1955-1970”.
Primero en la disertación sobre el tema la tarde del 26 de mayo de 2017 en la Sala Juárez de la Facultad de Bellas Artes de la UABJO, el Lic. Antonio Fabila Meléndez habló del liberalismo mexicano desde sus antecedentes en la Guerra de Independencia, su concepción en la Constitución de 1857 y su manifestación en las Leyes de Reforma.
Bajo la moderación del Lic. Ángel Díaz Ortiz, dijo que los enemigos principales de ese tiempo fueron el clero católico que ostentaba el 52 por ciento de los bienes nacionales en lo que se llamó “manos muertas”, en tanto que el 98 por ciento de las y los mexicanos eran analfabetas frente a tres poderes fácticos: el Ejército y los terratenientes, junto con la Iglesia.
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axaqueño por adopción y convicción, ya que llegó a estas tierras a los ocho años de edad, egresado de la Preparatoria del Instituto de Ciencias y Artes, autor de varios libros, Fabila Meléndez sostuvo que “el Clero impulsó la guerra de Reforma porque perdía sus priviegios” y hasta señaló que “el Ejército es en esencia golpista”.
Por su parte, el investigador Porfirio Santibáñez Orozco recordó que las y los oaxaqueños de la época, al igual que todas y todos los mexicanos, veníamos de una sociedad colonial en la que la mentalidad imperante era la teológica.
Indicó que la primera Constitución de Oaxaca y la Ley General de Instrucción Pública de 1926 dio origen al Instituto de Ciencias y Artes (ICA), y para precisar los aportes de la naciente institución educativa al liberalismo mexicano refirió el discurso inaugural del ICAO pronunciado por el entonces senador oaxaqueño Juan José Canseco, en el que se establecen las bases.
Canseco habló del conocimiento y la libertad como dos de los valores existentes en la época, y señaló que “la libertad es el primero y principal de los derechos, es la pasión más fuerte del hombre, es el derecho supremo de la dignidad humana”.
También advirtió premonitorio que “el despotismo conspira siempre para apoderarse de la libertad para corromperla, difamalarla y aniquilarla entre las tinieblas sepulcrales y horrorosas sombras de la ignorancia; destruir para reinar, como se dice maquiavélicamente”.
Columnista e integrante de los institutos de Investigaciones Históricas y de Investigaciones Sociológicas de la UABJO, Santibáñez Orozco dio a conocer que el ICAO nació en condiciones precarias, en una vecindad rodeada por habitantes pobres que se ubicaba donde hoy es la calle Hidalgo del Centro Histórico.
Por eso, algunos de los voceros del conservadurismo de ese tiempo lo llegaron a considerar como “una casa de perdición”, donde se incubaban cosas impredecibles.
Sin embargo, afirmó que el aporte del ICAO son las nuevas ideas, como el de la evolución que es la trama de la vida, uno de los ejes de toda sociedad y de la propia naturaleza.
De la generación que aportó al liberalismo mexicano, desde la política, la cátedra y el periodismo, el estudioso citó a Benito Juárez, Porfirio Díaz, Ignacio Mejía, Ignacio Mariscal, Manuel Guzmán, Manuel Ruiz, Manuel José Toro, Matías Romero, Justo Benítez, Mariano Zavala, Gerónimo Larrazábal, Juan Nepomuceno Cerqueda, Juan María Maldonado, Lope de San Germán, Manuel Iturribarría, José Esperón, José Antonio Gamboa, José Antonio Noriega, Marcos Pérez, Félix Romero, Bernardino Carbajal, José María Cortés, Emilio Rabasa, Eutimio Cervantes, Rosendo Pineda, Rafael y Emilio Pimentel, Aurelio Valdivieso, Antonio Álvarez, Fausto Moguel, Rafael Reyes Espíndola, Constancio Peña Dillaques, Manuel Yosio Candiani, Demetrio Sodi y Ramón Pardo, entre los más sobresalientes.
Tercero en la disertación de los aportes al liberalismo mexicano, el cronista de la Ciudad de Oaxaca, Jorge Bueno Sánchez, afirmó que el ICAO fue el más influyente del siglo XIX entre las instituciones de educación superior que se crearon en esa época en toda la República.
Recordó que el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca fue una alternativa a la educación religiosa que se impartía en el Seminario Conciliar de la Santa Cruz.
Ingeniero de profesión y escritor por vocación, Bueno Sánchez se refirió al Benemérito de las Américas: Benito Juárez García, como el hombre que dejó de ser indígena cuando se fue al destierro, y luego supo ser el líder incuestionable que se rodeó de gente inteligente y valioso para llevar a buen término la Reforma del país.